Hacia una hermosa debacle occidental
Nicolas Bonnal
7 NOV 2022
Seré breve ya que esta debacle se vuelve obvia, incluso para los pesimistas. Hay que decir que frente a la gnosis satánica de Davos y otros (le deseamos al sustituto de Truss patentada por Davos que se divierta mucho), todavía está la realidad física del mundo.
En Francia, Macron está cada vez más debilitado, e incluso el RN (Rassemblement National) de Marine Le Pen se ve obligado a hacer su trabajo como opositor. Su base lo exige. Los medios, todos comprados y condenados, morirán con él.
– Biden perderá las elecciones intermedias. AOC (Alexandria Ocasio-Cortez) ha sido humillada en público en su ciudad natal del Bronx: el Green Deal lleva a la hambruna y el partido Demócrata liderado por una banda de rusófobos rabiosos sólo le promete al pueblo su exterminio nuclear. Llega un punto en el que hasta los más obtusos empiezan a entender que si no quieren estar “dispersos como un rompecabezas” tienen que cambiar de mentores y de líderes.
– Borrell nos llena de placer, multiplica a voz en grito las confesiones siniestras: sobre los suministros americanos, sobre la crisis, sobre los cisnes negros (*). El viejo lloriquea.
– El psicópata de Zelenski no quiere echarse atrás (sale de una novela de Philip K. Dick: es un robot programado para destruir el mundo). pero empieza a inquietar a sus patrocinadores.
– Rusia temporiza y triunfa, y demuestra que no es el equivalente a España o Texas. Es aquello contra lo que siempre vienen a estrellarse las fuerzas demoníacas occidentales (el wokismo napoleónico o el wokismo nazi). Lo más divertido es que recomienzan una y otra vez.
– Europa y su comunidad de locos de Bruselas ahora tiene una sola función o vocación: el exterminio de su población por cuestiones humanitarias, antirracistas, ecológicas, sociales; y eso no será suficiente para convertirla en un gran poder. Uno no puede al mismo tiempo destruir a su población y pretender subyugar al resto del mundo.
– El resto del mundo finalmente se ha despertado, chinos, árabes, latinos, africanos, y sólo podemos agradecérselo. Las bofetadas contra el imperio se multiplican y nuestros medios lo ignoran.
– Ursula no lo entiende e incluso insiste. Esto es más bien una buena señal. Terminará en el manicomio de Nuremberg.
– La locura occidental es ciertamente antigua, es de origen anglosajón. Hay a la vez un deseo de saquear el mundo, de transformarlo moralmente (a la manera bíblica y puritana, por lo tanto incoherente o inconsistente – cf. Hobson), de arrasarlo si es necesario (Hiroshima, Dresde, Hamburgo, Vietnam, etc.) mientras se basa en una religión regularmente satánica (repensar el club Hellfire, del que podríamos hablar durante horas). El pánico cultural y social de hoy no tiene otra fuente: nos despertaremos con una resaca a lo Dorian Gray.
Pero, repito, existen límites físicos, simplemente humanos. Unos meses sin calefacción y hasta los teleadictos más vacunados harán maravillas.
Traducción: Andrés Palomares
