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miércoles, 31 de octubre de 2012

Darwinismo y Anti-darwinismo: 14 ensayos (606)

Fe y Razón
Ing. Daniel Iglesias
(7/7/2012)


1. Darwinismo, Diseño inteligente y FE cristiana (1, 2 y 3)
2. La peligrosa idea de Darwin
3. Darwin: del Fijismo al Evolucionismo
4. Teorías de la Evolución
5. Darwin y la Geología
6. Evolución
7. Darwin y Wallace
8. Darwin versus Diseño inteligente
9. Origen de las Especies
10.Evolución y Origen de la Vida
11.200 años de Darwinismo
12.TEORÍA de Darwin
13.Darwinismo y Antidarwinismo
14.Creación, Evolución y Diseño inteligente



Darwinismo, Dº. Inteligente y Fe Cristiana (1)

Esta presentación resume la crítica al darwinismo hecha por Phillip Johnson en su famoso libro "Darwin on Trial" ("Darwin a juicio" o "Proceso a Darwin"), que marcó un punto de inflexión en la historia del darwinismo.

1. Darwinismo, Diseño Inteligente y Fe Cristiana 
El darwinismo, una teoría científica en crisis
Ing. Daniel Iglesias Grèzes
Centro Cultural Católico “Fe y Razón”
Montevideo, 17/04/2012

2. Desarrollo del tema
1/ “Darwin a juicio”.
2/ Selección natural y selección artificial.
3/ La selección natural como tautología.
4/ La selección natural como deducción.
5/ La selección natural como hipótesis científica.
6/ La selección natural como necesidad filosófica.
7/ Tribulaciones del darwinismo ortodoxo.
8/ Tribulaciones del darwinismo saltacionista.
9/ El problema fósil.
10/ El hecho de la evolución.
11/ La secuencia de los vertebrados.
12/ El origen del hombre.
13/ La evidencia molecular.
14/ La evolución prebiológica

3. “Darwin a juicio”
 Comentario de: Phillip E. Johnson, Darwin on Trial, InterVarsity Press, DownersGrove – Illinois, 2010, 3rd edition; foreword by Michael Behe.
 Este libro, cuya primera edición fue publicada en 1991, hizo historia. Aunque se limita a criticar el valor científico de la teoría darwinista de la evolución, podría decirse que fue el punto de partida del Movimiento del Diseño Inteligente. Desde entonces este movimiento se ha desarrollado mucho en los Estados Unidos, poniendo en jaque a la cosmovisión atea que prevalece en el ámbito científico.
 Michael Denton, quien en 1986, siendo aún darwinista, publicó el libro Evolución: una teoría en crisis, ha dicho que este libro de Johnson es la mejor crítica del darwinismo que conoce.
 Phillip Johnson es un abogado graduado en las Universidades de Harvard y de Chicago. Fue Profesor de Derecho durante más de treinta años en la Universidad de California en Berkeley. Gracias a sus numerosos libros y artículos sobre la evolución y la creación, se ha ubicado al frente del debate público acerca de esta cuestión. Por su capacidad y su formación, Johnson está muy bien dotado para evaluar el peso de las evidencias aportadas y la corrección de los argumentos esgrimidos por las partes en un juicio. En Darwin on Trial aplica con brillantez ese talento suyo.
 En el prólogo a la tercera edición del libro, llamada “edición del 20º aniversario”, el bioquímico Michael Behe (otro de los principales exponentes del movimiento ID) afirma lo siguiente: “Veinte años pueden ser una virtual eternidad en ciencia moderna –pero en lógica, no tanto. Los argumentos que descansan sobre premisas defectuosas y razonamiento forzado no son ayudados en absoluto por el paso del tiempo. Es el esplendor de Phillip Johnson…, haber escrito un libro, Darwin on Trial, que, a pesar delos años interpuestos y del progreso de la ciencia, es tan fresco y relevante hoy como cuando fue impreso por primera vez” (p. 10).

4. Selección natural y selección artificial (1)
 Cuando Darwin escribió El origen de las especies no se conocía ningún buen ejemplo de selección natural, por lo que él no pudo señalar evidencias empíricas en apoyo de su teoría. En cambio se apoyó mucho en un argumento basado en la analogía entre la selección natural y la selección artificial.Esta última, utilizada por los criadores de animales o plantas,es muy exitosa para producir variaciones mejoradas dentro dela misma especie, alterando muchas de sus características.
 Johnson comenta que “la analogía con la selección artificiales engañosa. Los criadores de plantas y animales emplean inteligencia y conocimiento especializado… El objetivo de la teoría de Darwin, sin embargo, era establecer que procesos naturales sin un propósito pueden reemplazar al diseño inteligente. Que él lograra su objetivo citando los logros de diseñadores inteligentes prueba sólo que la audiencia receptiva de su teoría era altamente acrítica.” (p. 37).

5. Selección natural y selección artificial (2)
 El eminente zoólogo Pierre Grassé concluyó que los resultados de la selección artificial proveen un poderoso testimonio contra la teoría de Darwin: “A pesar de la intensa presión generada por la selección artificial (eliminando a cualquier progenitor que no cumple el criterio de elección) durante milenios enteros, ninguna especie nueva ha nacido. Un estudio comparativo… prueba que las cepas permanecen dentro de la misma definición específica. Esto no es un asunto de opinión o de clasificación subjetiva, sino una realidad medible. El hecho es que la selección da forma tangible y reúne a todas las variedades que un genoma es capaz de producir, pero no constituye un proceso evolutivo innovador.” (pp. 37-38).
 La selección artificial mediante experimentos de laboratorio con moscas de la fruta sí ha logrado producir nuevas especies, pero éstas siguen siendo moscas de la fruta, con cambios en ciertas características. Grassé destacó que “la mosca de la fruta, el insecto favorito de los geneticistas,…parece no haber cambiado desde los tiempos más remotos.” (pp. 38-39).Johnson agrega: “La naturaleza ha tenido mucho tiempo, pero simplemente no ha estado haciendo lo mismo que han estado haciendo los experimentadores.” (p. 39).

6. La selección natural como tautología (1)
 Muchos darwinistas prominentes han presentado la selección natural como una tautología, una forma de decir lo mismo dos veces. Johnson ilustra este punto con citas de J. B. S. Haldane, Ernst Mayr, George Gaylord Simpson y C. H. Waddington. En su formulación tautológica, la teoría darwinista predice que los organismos más aptos producirán lamayor descendencia, y define los organismos más aptos como aquellos que producen la mayor descendencia. Por lo tanto, esa teoría se reduce a la tautología de que los organismos que dejan la mayor descendencia dejan la mayor descendencia.
 Johnson dice que la cita de Waddington “merece ser preservada para la posteridad”. Hela aquí: “La principal contribución de Darwin fue, por supuesto, la sugerencia de que la evolución puede ser explicada por la selección natural de variaciones aleatorias. La selección natural, que al principio fue considerada como si fuera una hipótesis que necesitaba una confirmación experimental u observacional, en una inspección más cercana resulta ser una tautología, una afirmación de una relación inevitable pero previamente no reconocida. Afirma que los individuos más aptos en una población (definidos como aquellos que dejan una mayor descendencia) dejarán una mayor descendencia. Este hecho de ningún modo reduce la magnitud del logro de Darwin; sólo después de que fue claramente formulado, los biólogos pudieron darse cuenta del enorme poder del principio como un arma de explicación.” (pp. 41-42).

7. La selección natural como tautología (2)
 Waddington escribió esto en un artículo presentado en un gran evento de la Universidad de Chicago en 1959,celebrando el 100º aniversario de la publicación de El origen de las especies. Johnson comenta: “Aparentemente, ninguna de las distinguidas autoridades presentes dijo a Waddington que una tautología no explica nada. Cuando quiero saber cómo un pez puede convertirse en un hombre, no soy iluminado si se me dice que los organismos que dejan la mayor descendencia son los que dejan la mayor descendencia.” (p. 42). El famoso filósofo de la ciencia Karl Popper criticó duramente la formulación tautológica de la selección natural.Desde entonces, acusando el golpe, los darwinistas intentan no enunciarla, aunque a menudo continúan empleándola en la práctica.

8. La selección natural como deducción (1)
Algunos darwinistas (por ejemplo el paleontólogo Colin Patterson y el investigador del origen de la vida A. G. Cairns-Smith) han presentado la teoría darwinista en la forma de un argumento deductivo. Veamos cómo formula Patterson ese argumento:
 Todos los organismos deben reproducirse.
 Todos los organismos exhiben variaciones hereditarias.
 Las variaciones hereditarias difieren en su efecto sobre la reproducción.
 Por lo tanto, las variaciones con efectos favorables sobre la reproducción tendrán éxito, aquellas con efectos desfavorables fracasarán, y los organismos cambiarán.

9. La selección natural como deducción (2)
 El mismo Patterson observa que este argumento no es una explicación general de la evolución, sino que sólo establece que alguna selección natural ocurrirá. Pero en realidad el argumento ni siquiera prueba que los organismos cambiarán.El rango de variaciones hereditarias puede ser estrecho, y las variaciones que sobreviven pueden ser sólo suficientes para mantener la especie tal cual es. En cualquier población algunos individuos dejarán más descendencia que otros,incluso si la población no está cambiando o cuando se dirige directamente hacia la extinción.
 Que el efecto principal de la selección natural pueda ser el de evitar que una especie cambie no es una mera posibilidad teórica. Como se ve en el Capítulo 4 del libro, la característica predominante de las especies fósiles es la stasis, o ausencia de cambio. Además, hay numerosas especies que son “fósiles vivientes”, puesto que son muy similares hoy a como eran hace millones de años.

10. La selección natural como hipótesis científica (1)
 Después de descartar dos simples falacias, corresponde examinar con mucho cuidado la formulación hipotética de la teoría darwinista. Nos encontramos aquí en el verdadero terreno de la ciencia.
 La mayoría de los científicos evolucionistas piensan que la selección natural darwinista es una hipótesis científica que ha sido tan completamente probada y confirmada por la evidencia que debería ser aceptada por todas las personas razonables como la explicación más adecuada de la evolución de las formas de vida complejas.
 Esto nos conduce a la cuestión crítica: ¿Qué evidencia confirma la hipótesis de que la selección natural (combinada con mutaciones) es un proceso evolutivo innovador, capaz de producir nuevos órganos y organismos y de explicar la diversidad de las formas de vida existentes?

11. La selección natural como hipótesis científica (2)
En este punto Johnson cita los seis hechos que el biólogo darwinista Douglas Futuyma menciona como evidencias que confirman el poder creativo de la selección natural:
 Las bacterias pueden desarrollar naturalmente una resistencia a los antibióticos; y los insectos pueden volverse resistentes a los insecticidas.
 En una tormenta que ocurrió en 1898 en Massachusetts, los gorriones de mayor tamaño sobrevivieron con mayor frecuencia que los más pequeños.
 Una sequía que ocurrió en 1977 en las Islas Galápagos causó una gran mortalidad en los pinzones de menor tamaño, de modo que al cabo de una generación el tamaño de estos pájaros (y especialmente de sus picos) creció apreciablemente.
 El alelo responsable de un tipo de anemia en poblaciones africanas está asociado también con la resistencia a la malaria. Las chances de supervivencia son máximas cuando el individuo hereda ese alelo de un solo padre.
 Se ha observado la extinción de poblaciones de ratones que han sido afectadas por la propagación de un gen que causa la esterilidad de los machos.
 Según las famosas observaciones de Kettlewell, en Inglaterra, después dela revolución industrial, cuando los árboles fueron oscurecidos por el humo industrial, las polillas de color oscuro se volvieron más abundantes, porque sus predadores tenían más dificultad para verlas en los árboles.

12. La selección natural como hipótesis científica (3)
 Johnson comenta que ninguna de estas “pruebas” ofrece ningunarazón convincente para creer que la selección natural puede producirnuevas especies, nuevos órganos u otros cambios grandes. El autor afirma: “Esta conclusión parece tan obviamente correcta queda lugar a otro problema. ¿Por qué otras personas, incluyendo expertoscuya inteligencia e integridad intelectual respeto, piensan que laevidencia de fluctuaciones locales de poblaciones confirma que laselección natural tiene la capacidad de obrar proezas de ingeniería, deconstruir maravillas como el ojo y el ala? Todos los que estudian laevolución saben que el experimento de las polillas de Kettlewell es lademostración clásica del poder de la selección natural, y que losdarwinistas tuvieron que esperar casi un siglo para ver incluso estamodesta confirmación de su doctrina central. Todo el que estudia elexperimento sabe que no tiene nada que ver con el origen de ningunaespecie, o incluso de ninguna variedad, porque las polillas oscuras yblancas estuvieron presentes a lo largo del experimento. Sólo lasproporciones entre una variedad y la otra cambiaron. ¿Cómo genteinteligente pudo haber sido tan crédula para imaginar que el experimentode Kettlewell apoyaba de algún modo las ambiciosas reclamaciones deldarwinismo? Para responder esta pregunta debemos considerar unacuarta forma en la que la selección natural puede ser formulada.” (p. 48)

13. La selección natural como necesidad filosófica (1)
 La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos ha declaradoque la característica más básica de la ciencia es la “dependencia deexplicaciones naturalistas”, en oposición a “medios sobrenaturalesinaccesibles al entendimiento humano”. Así se clasifica como científicamenteinaceptable la idea de que Dios de algún modo dirige la evolución. Si laciencia ha de tener alguna explicación de la complejidad biológica, debearreglárselas con lo que queda después de haber excluido lo consideradoinaceptable. La selección natural es quizás la mejor de las alternativasrestantes, y probablemente la única alternativa.
 En esta situación algunas personas deciden que el darwinismosimplemente debe ser verdadero. Para ellos no hay necesidad decomprobar la teoría misma, porque no hay ninguna alternativa respetable.
 Aunque no se llegue al extremo de aceptar al darwinismo simplementecomo principio filosófico, hay una gran diferencia entre estas dos actitudeshacia la evidencia empírica: la de quien busca probar si una teoría dudosaes cierta o no, y la de quien sólo busca confirmar la única teoría que estádispuesto a aceptar. Ya hemos visto que muchos científicos distinguidos amenudo aceptaron acríticamente la cuestionable analogía entre la selecciónnatural y la selección artificial o no detectaron las falacias de lasformulaciones de la selección natural como tautología o como deducciónlógica. Tales absurdos sobrevivieron y se reprodujeron por la misma razónque a veces una especie incompetente evita la extinción: no había unacompetencia efectiva en su nicho ecológico.

14. La selección natural como necesidad filosófica (2)
 Si no se requiere una confirmación positiva de la potencia creativa de laselección natural, hay poco peligro de que la teoría sea refutada porevidencia negativa. Los darwinistas han desarrollado un conjunto deconceptos subsidiarios (la selección de grupo, la selección deparentesco, la selección sexual, la pleiotropía, etc.) capaces de proveeruna explicación plausible (al menos verbal) de casi cualquiereventualidad concebible.
 Johnson da el siguiente ejemplo: “Los fósiles vivientes, que hanpermanecido básicamente incambiados durante millones de añosmientras sus primos estaban supuestamente evolucionando…, no sonuna vergüenza para los darwinistas. Ellos no pudieron evolucionarporque las mutaciones necesarias no llegaron, o a causa de“restricciones al desarrollo”, o porque ya estaban adaptadosadecuadamente a su ambiente. En pocas palabras, no evolucionaronporque no evolucionaron.” (pp. 49-50).
 Julian Huxley escribió lo siguiente: “La improbabilidad debe seresperada como un resultado de la selección natural; y tenemos laparadoja de que una improbabilidad aparente excesivamente alta en susproductos puede ser tomada como evidencia de su alto grado deeficacia.” El comentario de Johnson es lapidario: “Sobre esta base lateoría no tiene nada que temer de la evidencia.” (p. 52).

15. Tribulaciones del darwinismo ortodoxo (1)
 El compromiso de Charles Darwin con el gradualismo era total. Ensus propias palabras: “La selección natural puede actuar sólo mediantela preservación y acumulación de modificaciones heredadasinfinitesimalmente pequeñas… La selección natural, si fuere un principioverdadero, desterrará la creencia en la creación continuada de nuevosseres orgánicos o en cualquier modificación grande y súbita en suestructura.” (p. 54). Él mismo escribió también lo siguiente: “Si pudierademostrarse que existió cualquier órgano complejo que no pudo habersido formado por modificaciones numerosas, sucesivas y leves, mi teoríafracasaría absolutamente.” (p. 58).
 El registro fósil constituye el mayor problema de este gradualismo,puesto que no provee evidencia de las muchísimas formas transicionalesrequeridas por la teoría de Darwin. Johnson pospone el análisis de esteproblema hasta el capítulo siguiente y se concentra aquí en otragravísima dificultad: los cuerpos animales están repletos de órganosque requieren una intrincada combinación de partes complejas parapoder cumplir sus funciones. ¿Cómo tales órganos pueden haberseformado mediante una enorme cantidad de variaciones aleatoriaspequeñísimas, cada una de ellas favorable para el animal preservado?Johnson analiza, entre otros, dos ejemplos clásicos: el ojo y el ala.

16. Tribulaciones del darwinismo ortodoxo (2)
 El célebre darwinista heterodoxo y ateo Stephen Jay Gould se planteó a sí mismo“la excelente pregunta: ¿Para qué sirve el 5% de un ojo?” El aún más célebredarwinista ortodoxo y ateo Richard Dawkins respondió que puede servir para tenerun 5% de visión. Johnson subraya que es una falacia suponer que el 5% de un ojoimplica el 5% de visión normal.
 Además, Dawkins reafirma la respuesta de Darwin al problema del ojo. Entre losanimales vivientes hay distintos tipos de ojos, que permiten concebir una serie de diseños intermedios. Sin embargo, según el conocimiento actual, se piensa que esosdistintos tipos de ojos no surgieron los unos de los otros. El eminente darwinista ortodoxo Ernst Mayr sostuvo que el ojo debe de haber evolucionado independientemente al menos 40 veces. Johnson replica preguntando por qué lasformas más primitivas de ojos subsisten todavía, sin haber evolucionado haciaformas más avanzadas. En este punto yo plantearía una objeción aún más fuerte:¿Cómo el mismo suceso de altísima improbabilidad puede haber ocurrido 40 vecesen eventos independientes entre sí?
 Es un hecho objetivo que los escenarios gradualistas para el desarrollo desistemas complejos son especulaciones. “Las alas de pájaros y murciélagosaparecen en el registro fósil ya desarrolladas, y nadie ha confirmado medianteexperimentos que la evolución gradual de alas y ojos es posible. Esta ausencia deconfirmación histórica o experimental es presumiblemente lo que Gould tenía enmente cuando escribió que: “Estos cuentos, en la tradición “simplemente así” de lahistoria natural evolucionista, no prueban nada”. ¿Estamos lidiando aquí con cienciao con versiones racionalistas de las fábulas de Kipling?” (p. 58).

17. Tribulaciones del darwinismo ortodoxo (3)
 Johnson enumera cuatro factores a tener en cuenta al evaluar laprobabilidad de la evolución darwinista: “la cantidad de micromutacionesfavorables requeridas para crear órganos y organismos complejos, lafrecuencia con que tales micromutaciones favorables ocurren justo dondey cuando se necesitan, la eficacia de la selección natural en preservar lasleves mejoras con suficiente consistencia para permitir que los beneficiosse acumulen y el tiempo permitido por el registro fósil para que todo estohaya sucedido.” (pp. 59-60).
 Johnson narra la agria confrontación acerca de la plausibilidadmatemática del modelo de evolución gradualista que ocurrió en 1967 enFiladelfia en un encuentro entre biólogos darwinistas y matemáticos.Matemáticos como D. S. Ulam y Schützenberger concluyeron que eltiempo disponible no era ni remotamente suficiente para que la evolucióndarwinista pudiera haber tenido lugar. La respuesta de los darwinistas fuedogmática: dado que la evolución de hecho ocurrió, las dificultadesmatemáticas se resolverán de algún modo u otro.
 Por razones como éstas, Gould llegó a declarar que la síntesisneodarwinista estaba “muerta”.

18. Tribulaciones del darwinismo saltacionista (1)
 A mediados del siglo XX, Richard Goldschmidt desafió a losneodarwinistas invitándolos a explicar cómo una serie de estructurascomplejas, incluyendo por ejemplo el pelo de los mamíferos y lahemoglobina, pudo haberse producido por acumulación y selección demutaciones pequeñas, cosa que él juzgó imposible.
 Goldschmidt concluyó que la evolución darwinista no podía dar cuentamás que de variaciones dentro de la frontera de la especie y que laevolución más allá de ese punto debe de haber ocurrido a grandes saltos,a través de macromutaciones. Él reconoció que las mutaciones a granescala producirían en casi todos los casos monstruos mal adaptados, peropensaba que en raras ocasiones un accidente afortunado podría producirun miembro de una nueva especie con capacidad de sobrevivir ypropagarse. Él mismo llamó a estas ideas la teoría del “monstruoesperanzado” (hopeful monster).
 Darwin había rechazado enfáticamente cualquier teoría de la evoluciónque incluyera la aparición súbita de un órgano complejo. Por ejemplo,escribió lo siguiente: “Si me convenciera de que la teoría de la selecciónnatural requiere de tales adiciones, yo la rechazaría como basura… Yo nodaría nada por la teoría de la selección natural si ésta requiriera adicionesmilagrosas en cualquier etapa de la descendencia.” (p. 54).

19. Tribulaciones del darwinismo saltacionista (2)
 En sintonía con esta postura de Darwin, los darwinistas ridiculizaron lateoría del “monstruo esperanzado”. “Como lo expresó Goldschmidt, “Estavez yo no sólo estaba loco sino que era casi un criminal.” Gould hacomparado incluso el tratamiento dado a Goldschmidt en los círculosdarwinistas con los “Dos Minutos de Odio” cotidianos dirigidos contra“Emmanuel Goldstein, enemigo del pueblo” en la novela 1984 de GeorgeOrwell.” (p. 58).
 La mayoría de los científicos cree que las macromutaciones postuladaspor Goldschmidt, capaces de reformar en una sola generación todas laspartes complejas e interrelacionadas de un animal de modo de producir unanueva especie viable, son imposibles. La teoría del “monstruo esperanzado”postula algo virtualmente equivalente a un milagro, y no tiene bases ni en laevidencia experimental ni en la teoría genética. Johnson comenta quesuponer que una macromutación genética aleatoria puede reconstruir unórgano como un hígado o un riñón es más o menos tan razonable comosuponer que se puede producir un reloj mejorado arrojando un viejo relojcontra una pared.
 En este punto Johnson nos pone en guardia contra una importante falacia:que la macroevolución por macromutaciones aleatorias sea imposible noprueba que la macroevolución por micromutaciones aleatorias sea probableo incluso posible. Es muy probable que, desde el punto de vista estadístico,el gradualismo darwinista sea tan poco plausible como el saltacionismo deGoldschmidt.

20. El problema fósil (1)
 En el Capítulo 4 (titulado “El problema fósil”) elautor muestra que el registro fósil se alejamuchísimo de lo que cabría esperar según la teoríadarwinista de la evolución. El propio Darwinconcedió que el estado de la evidencia fósil era “lamás obvia y grave objeción que puede ser instadacontra mi teoría” y que esto explicaba el hecho deque “todos los más eminentes paleontólogos… ytodos nuestros más grandes geólogos… hanmantenido de forma unánime, y a menudovehemente, la inmutabilidad de las especies.” (pp.68-69).
 A continuación describiré cuatro características delregistro fósil que son inconsistentes con eldarwinismo.

21. El problema fósil (2)
 Aparición súbita. Los fósiles muestran un patrón consistente de apariciónsúbita de las especies. En palabras de Gould: “En cualquier área local, unaespecie no surge gradualmente por la transformación constante de susancestros; aparece súbitamente y “completamente formada”.” (p. 73).
 Los darwinistas ortodoxos generalmente pretenden explicar esta apariciónsúbita ateniéndose a la tesis tradicional de Darwin: la existencia de brechasen un registro fósil incompleto. Pero a medida que transcurre el tiempo y sedescubren más y más fósiles sin que el patrón básico cambie, esteproblema se hace cada vez más grave para el darwinismo.
 Stasis. Además, la aparición súbita de una especie es seguidageneralmente por un largo período de estabilidad. Esta característica esllamada stasis. Escuchemos de nuevo a Gould: “La mayoría de las especiesno exhiben un cambio direccional durante su permanencia en la tierra. Ellasaparecen en el registro fósil luciendo muy similares a cuando desaparecen;el cambio morfológico es usualmente limitado y sin dirección.” (p. 73).
 En este punto los neodarwinistas recurren a la “selección estabilizadora”,una forma de selección natural que impide el cambio eliminando todas lasinnovaciones, a veces durante millones de años y a pesar de condicionesambientales cambiantes. Johnson comenta: “La selección natural apareceaquí en su formulación como una tautología con demasiado poderexplicatorio, una explicación invisible para todo propósito, para cualquiercambio o falta de cambio que haya ocurrido.” (pp. 75-76).

22. El problema fósil (3)
 Extinciones masivas. La extinción de las especies ha sido causadapredominantemente por catástrofes, más que por la obsolescencia gradual.Este último era el modelo sostenido por Darwin: “Si miramos a cada especiecomo descendiente de alguna otra forma desconocida, tanto la progenitoracomo las variaciones de transición habrán sido generalmente exterminadaspor el propio proceso de formación y perfección de la nueva forma.” (p. 68).
 Dos catástrofes en particular sobresalen entre las varias extincionesmasivas ocurridas en la historia de la tierra: la extinción pérmica, que hace245 millones de años acabó con más del 90% de las especies, y la famosaextinción K-T, que al final de la era cretácea (hace 65 millones de años)exterminó a los dinosaurios y a muchas otras especies.
 Las actuales explicaciones de las extinciones con base en catástrofesguardan cierta semejanza con el catastrofismo de Cuvier, la teoría científicareinante antes de la obra de Darwin.
 Discontinuidades mayores. En general, la historia de la vida es unahistoria de variaciones alrededor de un conjunto de diseños básicos, no demejoras acumulativas. El patrón básico de aparición súbita seguida porstasis no se da sólo en el nivel de las especies, sino en todas las divisionesdel mundo biológico (reinos, phyla, clases, órdenes, etc.). En todos losniveles predomina la discontinuidad, con muy pocos tipos intermedios.

23. El problema fósil (4)
 El mayor problema singular que el registro fósil plantea aldarwinismo es la “explosión cámbrica”, ocurrida hace unos 600millones de años durante un período breve, en términosgeológicos. Casi todos los phyla animales aparecieron en eseperíodo, sin ninguna traza de los ancestros evolutivos que eldarwinismo requiere. Como lo expresó Dawkins: “Es como sihubieran sido simplemente plantados allí, sin una historiaevolutiva.” (p. 77). La imagen general de la historia animal es asíuna explosión de planes corporales básicos seguida por algunasextinciones. Ningún nuevo phylum evolucionó después.
 Esto contradice totalmente el modelo darwinista de la evolución,que Gould llama “el cono de la diversidad creciente”. Ladiversificación mayor ocurrió casi al principio de la historia animal,no al final.
 La explicación darwinista tradicional de la ausencia de ancestrosprecámbricos es la llamada “teoría del artefacto”: ellos existieron,pero el registro fósil no los ha preservado. Gould describió lareclasificación de los fósiles de Burgess como “el toque dedifuntos de la teoría del artefacto” (p. 78).

24. El problema fósil (5)
 Para resumir la cuestión, citaré a dos paleontólogosdarwinistas.
 Gould describió “la extrema rareza de las formastransicionales en el registro fósil” como “el secretoprofesional de la paleontología” (p. 82).
 Su colega Niles Eldredge fue aún más revelador: “Nosotroslos paleontólogos hemos dicho que la historia de la vidaapoya (la historia del cambio adaptativo gradual), sabiendorealmente todo el tiempo que no lo hace” (p. 82).
 Esta sorprendente situación ha sucedido porque eldarwinismo disfruta del status de una verdad a priori.
 Así, la franca oposición de la evidencia fósil a laspredicciones darwinistas se convierte en el problema decómo la evolución darwinista ocurrió generalmente de unamanera que escapa a la detección.

25. El hecho de la evolución (1)
 En el Capítulo 5 (titulado “El hecho de la evolución”) el autor critica losintentos darwinistas de hacer pasar parte de la teoría darwinista de laevolución como un hecho, fijando incorrectamente el límite entre hechos yteoría. De este modo se busca evitar la posibilidad de que el darwinismofracase totalmente como hipótesis científica. Las objeciones científicas –dicen los darwinistas– se refieren sólo a la teoría, pero la evolución en símisma sigue siendo un hecho. En este contexto, ellos generalmenteconsideran el término “evolución” como un sinónimo de la explicación básicadada por Darwin de las relaciones entre las especies. Al parecer piensan queesa explicación se deduce inevitablemente del hecho de esas relaciones.
 “La misma lógica inspira a los darwinistas de hoy cuando hacen caso omisoa los críticos que sostienen que un elemento u otro de la teoría es dudoso.“Di lo que quieras contra cualquier detalle”, responden. “De todos modos,nada en la biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución”.” (p. 89).
 Johnson critica detalladamente el influyente artículo “La evolución comohecho y como teoría” de S. J. Gould, que sigue la línea de razonamientodescrita más arriba. Gould se basa en una analogía entre la teoría de lagravitación de Newton y la teoría de la evolución de Darwin. La primera fuereemplazada por la teoría de la gravitación de Einstein sin que la gravitacióndejara de ser un hecho. Análogamente, la teoría de la evolución de Darwinpodría ser mejorada o sustituida por otra teoría sin que la evolución deje deser un hecho. Esta analogía entre gravitación y evolución es falsa en dosniveles diferentes.

26. El hecho de la evolución (2)
 Comenta Johnson: “Observamos directamente que las manzanascaen cuando se las suelta, pero no observamos un ancestro común delos simios modernos y los humanos. Lo que sí observamos es que lossimios y los humanos son física y bioquímicamente más semejantesentre sí que con los conejos, las serpientes o los árboles. El ancestrocomún simiesco es una hipótesis dentro de una teoría, que pretendeexplicar cómo surgieron estas semejanzas mayores y menores. Lateoría es plausible, especialmente para un materialista filosófico, perono obstante podría ser falsa.” (p. 90). Yo diría que, por más plausibleque sea una teoría, no deja de ser una teoría; no se convierte por esomismo en un hecho.
 Pero hay un segundo nivel en el que la analogía en cuestión esmucho más peligrosa. En este nivel se considera como teoría a laselección natural de Darwin y como hecho, no meramente a laevolución, sino a la evolución materialista o naturalista, una evoluciónno planificada ni guiada por inteligencia alguna, sino impulsada porfuerzas naturales ciegas y aleatorias. Reclasificar esta teoría como unhecho sirve para protegerla de la refutación.

27. El hecho de la evolución (3)
 Gould ofrece tres pruebas del “hecho de la evolución”.
 “Primero, tenemos evidencia abundante, directa y observacional de la evoluciónen acción.” (p. 91). Johnson responde que todos (incluso los creacionistas)concuerdan en que existe evidencia de la microevolución. “El punto en discusiónno es si la microevolución ocurre, sino si nos dice algo importante sobre losprocesos responsables de crear a las aves, los insectos y los árboles… Sinembargo, en lugar de explicar cómo las variaciones de las polillas se relacionancon el tipo de evolución que realmente importa, él (Gould) cambia de tema ygolpea a los creacionistas.” (p. 92).
 Otros darwinistas, en vez de simplemente ignorar el problema de la relaciónentre la microevolución (evolución dentro de las fronteras de la especie) y lamacroevolución (evolución de las especies mismas), apelan a una doctrinafilosófica de uniformidad de las leyes de la ciencia. Pero esta doctrina noconstituye ninguna prueba.
 La física moderna suministra un excelente contraejemplo: las mismas fuerzasno gobiernan los fenómenos en todos los niveles de magnitud. A nivel cósmicopredomina absolutamente la fuerza de gravedad. Sin embargo, a nivel molecularpredomina la fuerza eléctrica, y la fuerza de gravedad, aunque existe, esdespreciable. Y a nivel de los núcleos atómicos cuentan sobre todo las fuerzasnucleares, despreciables en los otros dos niveles.
 Por esto, no hay ninguna prueba de que el mismo mecanismo de selecciónnatural, que puede hacer cambiar las proporciones de polillas claras y oscuras enuna población local, también puede transformar un pez en un anfibio. Pienso queel siguiente ejemplo puede ilustrar este punto: el hecho de que Andrés puedaarrojar la jabalina a 50 metros no prueba que también pueda lanzarla de la Tierraa la Luna.

28. El hecho de la evolución (4)
 El segundo argumento de Gould es que la imperfección de la naturalezarevela la evolución. Los darwinistas suelen depender pesadamente del tema“Dios no lo habría hecho así”. Podemos responder simplemente que esteargumento no es científico, sino teológico; y que además, se trata de malateología. Dios puede tener sus razones (inescrutables o no) para tolerardeterminadas imperfecciones en sus diseños. Además, no siempre losejemplos de imperfecciones citados por los darwinistas son verdaderasimperfecciones. A veces se trata de simples preferencias subjetivas; y otrasveces podría tratarse de características cuya utilidad no se ha descubiertoaún. En esta última dirección, entre otros ejemplos que podrían citarse,señalo el caso del apéndice, tradicionalmente considerado como un vestigioinútil de un órgano anterior atrofiado. Recientemente se descubrió que elapéndice cumple una función de cierta importancia.
 La tercera prueba de Gould se refiere al registro fósil. “Gould concede queraramente se ha encontrado evidencia fósil de transformacionesmacroevolutivas, pero insiste en que hay al menos dos instancias en lasecuencia de los vertebrados donde tales transformaciones pueden serconfirmadas. Un ejemplo son los reptiles mamiferoides… El otro son loshomínidos.” (p. 98). Johnson considera esta evidencia fósil en el capítulosiguiente. Por mi parte, agrego que esta supuesta evidencia, en el mejor delos casos, probaría una evolución en sentido amplio, no la evolucióndarwinista (en ninguna de sus dos versiones aquí descritas, como “hecho” ycomo “teoría”).

29. La secuencia de los vertebrados (1)
En el Capítulo 6, el autor analiza la secuencia de los vertebrados. Losdarwinistas sostienen que los anfibios y los peces modernos descendieronde un pez ancestral; que los reptiles descendieron de un ancestro anfibio;que las aves y los mamíferos descendieron separadamente de reptilesancestrales; y que todas estas transformaciones ocurrieron por medio del“mecanismo darwinista”: mutaciones genéticas aleatorias y selecciónnatural.
 De peces a anfibios. La tesis darwinista es que una especie de pezdesarrolló gradualmente la habilidad de salir del agua y moverse sobre latierra, mientras adquiría en forma más o menos concurrente el peculiarsistema reproductivo de los anfibios y otras características de éstos.Según el libro de texto Vertebrate History de Barbara Stahl, “ninguno delos peces conocidos es considerado como un ancestro directo de losprimeros vertebrados terrestres” (p. 100).
 De anfibios a reptiles. No existen candidatos satisfactorios paradocumentar esta transición. Tampoco existe ninguna explicación detalladade cómo un anfibio puede haber desarrollado el modo de reproducciónpropio de un reptil a través de un mecanismo darwinista.

30. La secuencia de los vertebrados (2)
 De reptiles a aves El descubrimiento del Archaeopteryx poco después de lapublicación de El origen de las especies ayudó enormementea establecer la credibilidad del darwinismo y paradesacreditar a escépticos como Louis Agassiz. Sin embargo,se sigue discutiendo si el Archaeopteryx es una prueba de latransición de reptil a ave. Según un artículo de 1990 de PeterWellnhofer, una autoridad reconocida, es imposibledeterminar si el Archaeopteryx es realmente un ancestro delas aves modernas. Una inmensa sucesión de mutaciones genéticas aleatoriasdebería haber producido el ala, las plumas, el característicopulmón de las aves y su capacidad de volar. No existenexplicaciones detalladas de cómo un solo ancestro puedehaber producido descendientes tan variados como elpingüino, el colibrí y el avestruz a través de una enormecantidad de etapas intermedias viables.

31. La secuencia de los vertebrados (3)
 De reptiles a mamíferos Llegamos al fin a la joya de la corona de la evidencia fósil del darwinismo: losterápsidos, reptiles mamiferoides citados por Gould y muchos otros como pruebaconcluyente. El gran orden de los terápsidos contiene muchas especies fósiles conesqueletos que parecen ser intermedios entre los de los reptiles y los mamíferos.Sin embargo, la convergencia de las características de los esqueletos no señalanecesariamente una transición evolutiva. Hay muchas importantes característicaspor las cuales los mamíferos difieren de los reptiles, además de los huesos de susmandíbulas y oídos. Además, la misma abundancia de las especies de terápsidos plantea otra gravedificultad. Johnson la explica así: “La noción de que los mamíferos en generalevolucionaron de los reptiles en general a través de un amplio grupo de diversaslíneas de terápsidos no es darwinismo. La transformación darwinista requiere unasola línea de descendencia… Se puede construir una línea artificial dedescendencia, pero sólo mezclando arbitrariamente especímenes de diferentessubgrupos y arreglándolos por fuera de su secuencia cronológica real.” (p. 103). Una forma de resolver este problema sería abandonar la arraigada idea de quelos mamíferos son un grupo “monofilético” (descendiente de un solo ancestrocomún a todos los mamíferos). Convertir a los mamíferos en un grupo polifiléticoharía más plausible la tesis de que los terápsidos son ancestros de los mamíferos,pero sólo al costo inaceptable de demoler el argumento darwinista de lashomologías de los mamíferos como reliquias de un ancestro común.

32. La secuencia de los vertebrados (4)
 La evolución dentro de la clase de los mamíferos La clase de los mamíferos incluye especies tan diversascomo las vacas, los monos, los gatos, las ballenas, las focas,los murciélagos, los osos, las zarigüeyas, etc. Si losmamíferos son un grupo monofilético, entonces el modelodarwinista requiere que todas estas especies hayandescendido de una sola especie no identificada de pequeñosmamíferos terrestres. Tendría que haber existido una enormecantidad de especies intermedias en cada línea de transición,pero el registro fósil no brinda evidencias adecuadas de ello. Subsisten enormes problemas no resueltos. Por ejemplo, ¿através de cuál proceso darwinista las útiles patas traseras deun cuadrúpedo se marchitaron hasta alcanzar proporcionesvestigiales, y en qué etapa de la transformación de un roedoren monstruo marino ocurrió esto? ¿Las patas delanteras deun roedor se transformaron por etapas adaptativas gradualesen las aletas de la ballena? Johnson sentencia: “No oímosnada de las dificultades porque para los darwinistas losproblemas insolubles no son importantes.” (p. 112).

33. El origen del hombre (1)
 En la parte final del Capítulo 6, Johnson analiza el tema del origen delhombre. Después que la teoría de Darwin sobre el origen del ser humanoa partir de la evolución de primates fue aceptada, hubo un esfuerzodecidido para encontrar los “eslabones perdidos” que la teoría exigía. Lacuestión a estudiar es si la imaginación darwinista puede haber jugado unrol importante en la construcción de la evidencia ofrecida para apoyar esateoría.
 Johnson afirma: “La antropología física –el estudio del origen delhombre– es un campo que a través de su historia ha sido máspesadamente influenciado por factores subjetivos que casi cualquier otrarama de la ciencia respetable. Desde el tiempo de Darwin hasta elpresente la “descendencia del hombre” ha sido una certeza cultural quepedía una confirmación empírica, y la fama mundial ha sido larecompensa para cualquiera que pudiera presentar una evidencia fósilplausible de los eslabones faltantes. La presión para encontrarconfirmación fue tan grande que condujo a un fraude espectacular, elhombre de Piltdown –al cual los funcionarios del Museo Británicoprotegieron celosamente de una inspección inamistosa, permitiéndolebrindar cuarenta años de servicio útil en el moldeo de la opinión pública.”(p. 107).

34. El origen del hombre (2)
 Es comprensible que los antropólogos que analizan loshuesos de sus posibles ancestros se involucrenemocionalmente con su objeto de estudio. Comenta Johnson:“Las descripciones de fósiles hechas por personas queanhelan acunar a sus ancestros en sus manos deberían serexaminadas tan cuidadosamente como la carta derecomendación de la madre de un candidato a un puesto detrabajo.” (p. 108). La clasificación de los fósiles de homínidos es un temaaltamente controvertido. Los antropólogos suelen criticarfuertemente los trabajos de sus colegas, en parte debido asus rivalidades personales. Por ejemplo, algunos expertosdudan que el Australopithecus afarensis y el Australopithecusafricanus sean especies distintas; y muchos niegan que hayaexistido la especie Homo habilis.

35. El origen del hombre (3)
 Solly Zuckerman, uno de los principales expertos británicos en primates,después de someter a los australopitecinos a años de intrincados estudiosbiométricos, concluyó que es inaceptable considerarlos como ancestros delhombre.
 Además, Zuckerman comparó las normas profesionales de la antropologíafísica a las de la parapsicología, y observó que el registro deespeculaciones temerarias sobre los orígenes del hombre “es tanasombroso que es legítimo preguntar si en este campo se puede encontrartodavía mucha ciencia en absoluto.” (p. 109).
 La ausencia de evidencia directa de la evolución del hombre no lepreocupaba, porque asumía que esa evolución estaba establecida en formaindependiente. Además, en general la evidencia de relaciones ancestraleses relativamente escasa en el registro fósil. Por lo tanto, según Zuckerman,debería ser causa de sospecha que haya un exceso de ancestros en elárea precisa en que los observadores humanos están más inclinados a darvía libre al wishful thinking (la ilusión, o pensamiento guiado por el deseo). En resumen, aunque se acepte la hipótesis del origen del hombre a partirde primates, cabe reconocer que la evidencia fósil no provee con certeza latransición gradual y continua (con innumerables estados intermedios)postulada por la teoría neodarwinista. Es preciso imaginar saltosmisteriosos, que de algún modo produjeron la mente humana a partir demateria animal.

36. La evidencia molecular (1)
 El Capítulo 7 se titula “La evidencia molecular”. A continuación citaré unpárrafo de este capítulo que ayuda a distinguir los tres sentidos principalesde la palabra “evolución” y que me permitirá explicar mi mayordiscrepancia con Johnson.
 “El propósito de esta revisión ha sido aclarar qué tendríamos queencontrar en la evidencia molecular… antes de que estuviéramosjustificados para concluir que el darwinismo es probablemente verdadero.Necesitaríamos encontrar evidencia de que los ancestros comunes y losintermediarios transicionales existieron realmente en el mundo viviente delpasado, y de que la selección natural en combinación con cambiosgenéticos aleatorios realmente tiene el tipo de poder creativo que se leatribuye. No será suficiente encontrar que los organismos comparten unabase bioquímica común, o que sus moléculas, tanto como suscaracterísticas visibles, pueden ser clasificadas en un patrón de gruposdentro de grupos. La afirmación importante del darwinismo no es que lasrelaciones existen, sino que esas relaciones fueron producidas por unproceso naturalista en el cual las especies progenitoras fuerongradualmente transformadas en formas descendientes bastante diferentesa través de largas ramas… de intermediarios transicionales, sinintervención de ningún Creador u otro mecanismo no naturalista.” (pp.116-117).

37. La evidencia molecular (2)
 En este texto podemos distinguir: primero, una referencia a la evoluciónen sentido amplio; segundo, una referencia a la evolución darwinista;tercero, una referencia a la evolución materialista o naturalista. Estas tresnociones, según Johnson (y en esto concuerdo con él), se relacionanentre sí de la siguiente manera: la evolución materialista es una de lasposibles nociones de la evolución; y la evolución darwinista es una de lasformas posibles de la evolución materialista.
 Después de evaluar la evidencia molecular, Johnson mantiene supostura escéptica con respecto a estas tres formas de la teoría de laevolución. En cambio yo, aunque concuerdo con Johnson en que laevidencia molecular no proporciona una demostración estricta de laevolución en sentido amplio, pienso que permite considerarla como unahipótesis sumamente razonable; pero coincido con Johnson en que laevidencia molecular (al igual que la evidencia fósil) no otorga credibilidada la evolución materialista ni a la evolución darwinista. Por el contrario, lainmensa (e inesperada, para Darwin y sus primeros discípulos)complejidad de los seres vivos en el nivel molecular vuelve aún menoscreíble la teoría darwinista, planteándole problemas insuperables.

38. La evolución prebiológica (1)
 El Capítulo 8 se titula “La evolución prebiológica”. Muchos científicosincluyen en el término “evolución” no sólo la evolución biológica sinotambién la evolución prebiológica, que busca explicar cómo la vida habríasurgido a partir de sustancias químicas sin vida. La evolución biológica essólo una parte, aunque muy importante, del gran proyecto del naturalismocientífico, que pretende explicar todo, desde el origen del cosmos hasta elpresente, sin permitir ningún rol al Creador. Para esto los darwinistasnecesitan una explicación naturalista del origen de la vida. Sus dificultadesbásicas son dos: la extrema complejidad de todos los seres vivos y elhecho de que la evolución darwinista no puede operar antes de laexistencia del primer ser vivo.
 El estudio del origen de la vida alcanzó su éxito principal en la década de1950, con el experimento de Miller y Urey, quienes obtuvieron variosaminoácidos a partir de una mezcla de gases que pretendía simular laatmósfera de la Tierra temprana. Sin embargo, la década de 1980 fue unperíodo de reevaluación negativa, en el que los especialistas cuestionarontodas las premisas del modelo según el cual de algún modo la vidaemergió a partir de una “sopa prebiótica” primordial. Hasta el día de hoyesta hipótesis sigue siendo lo que era en tiempos de Darwin: una meraespeculación basada en prejuicios materialistas.

39. La evolución prebiológica (2)
 Una famosa metáfora de Fred Hoyle expresa vívidamente lamagnitud del problema: que un organismo vivo emerja porazar de una sopa prebiótica es más o menos tan probablecomo que un tornado que atraviesa un depósito de chatarraensamble un Boeing 747 con materiales del depósito. Elensamble aleatorio de la vida sería un “milagro” materialista.
 “Una explicación científica de este milagro no esabsolutamente necesaria, porque in extremis los darwinistaspueden manejar el problema con un argumento filosófico. Lavida obviamente existe, y si un proceso naturalista es la únicaexplicación concebible de su existencia, entonces lasdificultades no deben de ser tan insuperables como parecen.Incluso los aspectos más desalentadores de la situaciónpueden convertirse en ventajas cuando son vistos con el ojode la fe.” (p. 133).

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