Santísima Virgen María Inmaculada Concepción de María |
Sumario:
1. Dogma de FE
2. Padres de la Iglesia
3. Grandes Poetas
4. Patrona de los Tercios
4. Patrona de los Tercios
"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."
La Inmaculada Concepción de María es el "Dogma de FE" que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción. Esta doctrina es de origen apostólico.
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
Hacia el año 1128, un monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustín contra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana. La castaña, escribe Eadmero, «es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar de eso queda al resguardo de sus pinchazos». Incluso bajo las espinas de una generación que de por sí debería transmitir el pecado original, María permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita de Dios que «lo pudo, evidentemente, y lo quiso. Así pues, si lo quiso, lo hizo».
al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada), brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado.
San Ireneo, Padre de la Iglesia del siglo II, presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que, al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado y fuera así más apta para cooperar en la redención.
Queridos hermanos y hermanas: la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a María que «brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino» («Lumen gentium», 68). Con esta conciencia os invito a uniros a mí cuando, en la tarde, renueve en la plaza de España el tradicional homenaje a esta dulce Madre por la gracia y de la gracia. A ella nos dirigimos ahora con la oración que recuerda el anuncio del ángel.
Versos a la Inmaculada Concepción de María
(Fiesta 8 de diciembre)
“TÚ QUE SURCAS EL AIRE”
Leopoldo Panero
Tú que surcas el aire y eres aire,
y eres gloriosamente transparencia,
y límpida materia en forma humana,
vuelve hacia mi tu aérea
majestad y reparte
la brisa de tus dedos cuerda a cuerda,
en el son prometido de mi alma
y en la música amarga de la pena.
Tú que estás a mi lado por las noches
velando oscuramente mi pureza,
y meciendo mi trigo jubiloso
y lavando mi risa en agua fresca,
vuelve hacia mi, Señora,
un poco de tu hermosura, y que la vea
mi corazón silente
a través del amor con vista trémula.
Enlaza los sarmientos de mis brazos
en tu misericordia y mi tiniebla
cubre con tu mirada
y tenme en tu regazo la cabeza.
“PEQUEÑA ESCLAVA”
Tú que surcas el aire y eres aire,
y eres gloriosamente transparencia,
y límpida materia en forma humana,
vuelve hacia mi tu aérea
majestad y reparte
la brisa de tus dedos cuerda a cuerda,
en el son prometido de mi alma
y en la música amarga de la pena.
Tú que estás a mi lado por las noches
velando oscuramente mi pureza,
y meciendo mi trigo jubiloso
y lavando mi risa en agua fresca,
vuelve hacia mi, Señora,
un poco de tu hermosura, y que la vea
mi corazón silente
a través del amor con vista trémula.
Enlaza los sarmientos de mis brazos
en tu misericordia y mi tiniebla
cubre con tu mirada
y tenme en tu regazo la cabeza.
“PEQUEÑA ESCLAVA”
José Luis Martín Descalzo
“Pero tú has mirado a esta pequeña esclava,
has roto sus cadenas, has quebrantado su yugo,
y le has concedido la única sujeción que es libertad:
la de ser huija y esclava tuya.
Ah, ¡que dulces los hilos con tiras de mi alma hacia la luz!
Tus abrazos abrazan, no estrangulan.
“Pero tú has mirado a esta pequeña esclava,
has roto sus cadenas, has quebrantado su yugo,
y le has concedido la única sujeción que es libertad:
la de ser huija y esclava tuya.
Ah, ¡que dulces los hilos con tiras de mi alma hacia la luz!
Tus abrazos abrazan, no estrangulan.
Tú eres libertad, tu amor no pesa,
tu redil de pastor no tiene cerca.
Tú, dueño mío, amante mío, amor.
Eres la única esclavitud que no esclaviza”.
“ELEGIDA POR DIOS ANTES QUE NADA”
Miguel Hernández
¡Oh elegida por Dios antes que nada;
Reina del Alba, propia del zafiro,
nieta de Adán creada en el retiro
de la virginidad siempre increada!
Tienes el ojo tierno de preñada;
y ante el sabroso origen del suspiro
donde la leche mana miera, miro
tu cintura de no parir, delgada.
Trillo es tu pie de la serpiente lista,
tu parva el mundo, el ángel tu siguiente,
Gloria del Greco y del cristal orgullo.
Privilegio de Judea con tu vista
Dios, y eligió la brisa y el ambiente
en que debía abrirse tu capullo.
tu redil de pastor no tiene cerca.
Tú, dueño mío, amante mío, amor.
Eres la única esclavitud que no esclaviza”.
“ELEGIDA POR DIOS ANTES QUE NADA”
Miguel Hernández
¡Oh elegida por Dios antes que nada;
Reina del Alba, propia del zafiro,
nieta de Adán creada en el retiro
de la virginidad siempre increada!
Tienes el ojo tierno de preñada;
y ante el sabroso origen del suspiro
donde la leche mana miera, miro
tu cintura de no parir, delgada.
Trillo es tu pie de la serpiente lista,
tu parva el mundo, el ángel tu siguiente,
Gloria del Greco y del cristal orgullo.
Privilegio de Judea con tu vista
Dios, y eligió la brisa y el ambiente
en que debía abrirse tu capullo.
“AURORA DONDE EL CIELO SE RECREA”
Gerardo Diego
Alba, mírala bien, mira el lucero
de miel, casi morena, que trasmana
un rubor silencioso de milgrana
en copa de ganado placentero;
Alba, mírala bien, mira el lucero
de miel, casi morena, que trasmana
un rubor silencioso de milgrana
en copa de ganado placentero;
la frente como la sal en el estero,
la risa con repique de campana
y el labio en que despunta la mañana
como despunta el sol en el alero.
¡Alba, mírala bien! y el mundo sea
heno que cobra resplandor y brío
en su mirar de alondra transparente;
aurora donde el cielo se recrea,
aurora tú que fuiste como un río
y Dios puso la mano en la corriente.
Fuente: "HombreEnCamino". El milagro de Empely Dios puso la mano en la corriente.
El 8 de diciembre de 1854 se proclama el dogma de la Inmaculada Concepción, sin embargo, la fe de España y del ejército en la Virgen Purísima viene de mucho más lejos. La Inmaculada es patrona de la infantería española desde el siglo XVI, y el origen de esta protección surge en plena Guerra de Flandes y en una de esas historias que casi hemos olvidado y que paso a relatarles:
Diciembre de 1585, después de un año de asedio, los tercios españoles al mando de Alejandro Farnesio habían tomado la importante ciudad de Amberes. Después de unos meses de asentamiento y contraofensivas, Farnesio licencia a parte de sus tropas y las conduce hasta la isla de Bómel, una verdadera ratonera entre ríos y diques.
El general rebelde Holac ve la oportunidad para acabar con parte del ejército de Su Católica Majestad y hace destruir varios diques hasta dejar a las tropas españolas totalmente rodeadas de fango, agua y tropas enemigas. El camino hacia la ciudad aliada de Hertongenbosch está cortado por barcazas flamencas y la única opción es rezar.
La raza y el valor que demostraron los españoles en aquellos años en los que dominamos el mundo se demuestra en ocasiones como esta. Ante los mensajes del general Holac de que se rindieran, los capitanes decidieron que, llegado el momento, sería mejor matarse entre ellos que entregarse al enemigo. Una situación desesperada donde surge el milagro.
Mientras el maestre Bobadilla exhorta a sus hombres a rezar, uno de los soldados cava una pequeña fosa como parapeto. De repente, de entre el barro surge una tabla flamenca que muestra la imagen de la Inmaculada Concepción. Ante la extraordinaria señal, se improvisa un altar y los viejos y cansados soldados rezan a su madre.
Esa noche, un gélido frío del nordeste sopló con fuerza y congeló los canales abiertos por los flamencos. Holac se ve obligado a sacar sus barcazas de allí ante el peligro de quedar inmovilizados. Al amanecer del día 8, unos cinco mil españoles cargan contra las tropas enemigas caminando a través del hielo.
El camino hacia Hertongenbosch queda despejado, los hombres salvan la vida y no dudan en atribuir el milagro a la Inmaculada Concepción, que ya en ese momento es aclamada como patrona de las huestes, algo que no sería ratificado de manera oficial hasta 1892.
Rocroy: La gran Victoria del Imperio Español sobre Luteranos holandeses y Hugonotes franceses.
Rocroy: La gran Victoria del Imperio Español sobre Luteranos holandeses y Hugonotes franceses.
Pablo Casado Muriel (08/12/2012)