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domingo, 8 de octubre de 2023

NOM-EYES WIDE SHUT: ORGÍAS Satánicas de la élite Masónica del Poder financiero, político y cultural ¿Asesinaron los ILLUMINATI a KUBRICK?. Película "Eyes Wide Shut" con Nicole Kidman. Moloch resucita en pleno Siglo XXI. Madonna en Super Bowl Medley. Brujas de Zugarramurdi. Nueva Era: Sincretismo religioso de herejías gnósticas

EPSTEIN-CLINTON

ORGIAS satánicas de la élite del Poder
Santiago Clavijo
25 MAYO 2020
1. ¿Asesinaron los ILLUMINATI a KUBRICK?
2. Nicole Kidman sobre Kubrick y los Illuminati
3. The Beauty of "Eyes Wide Shut"
4. Kubrick y "Eyes Wide Shut"
5. Enigmática despedida de Kubrick
6. Moloc-Baal, dios de Fenicios y Cananeos
7. Moloch resucita en pleno Siglo XXI
8. Madonna en Super Bowl Medley de 2012
9. Brujas en Aquelarre: Goya y Falero
10. Aquelarre satánico de Zugarramurdi
11. Nueva Era: la Conspiración de Satanás
12. Argumento de "Eyes Wide Shut"
13. Redes de pedofilia en EEUU

Nicole Kidman sobre Kubrick y los Illuminati

Las recientes declaraciones de lo que sabía Stankey Kubrick sobre quién manda en el mundo, por parte de Nicole Kidman, deja a las claras cuáles fueron las intenciones del director a la hora de filmar su película Eyes Wide Shut. En este vídeo hablaremos sobre los conocimientos que tenía Kubrick sobre los mecanismos de los grupos de poder, sobre cómo se conocen y cómo actúan, sobre cómo llegó a temer por su vida y su propio comportamiento en marzo de 1999. ¿Qué ocurrió el día 6 de ese mes en su mansión? ¿Qué vio el director de “El Resplandor y qué señales dejó en su filmografía al respecto de sus investigaciones?

Enigmática despedida de Kubrick

El plan de trabajo de la última película de Kubrick aparece en el Libro Guinness de los récords por su excéntrica duración: 400 días. El director se diferenció del resto de sus colegas directores en tener muy claro que el cine es dinero, es tiempo y es un juego. En esta turbia y enigmática película hay muchas claves ocultas, guiños, sugerencias.

Todos los que admiramos a Stanley Kubrick nos quedamos paralizados ante el televisor aquel siete de marzo de 1999. En la pantalla aparecían imágenes de su última y esperada obra, rodada en el más alto secreto y titulada Eyes Wide Shut, película estrenada mundialmente un mes de julio de hace 20 años. Ya el extraño título nos ponía. También el morboso póster y su trailer, con Cruise y Kidman desnudos ante un espejo veneciano. Pero en el rótulo del televisor se leía “Muere Stanley Kubrick”
Escalofrío. ¿Tan pronto? Tenía setenta años, no era un anciano.

¿Qué había pasado? Poco a poco fueron apareciendo algunas noticias sobre su muerte, pero pocas. Desde que se mudó a Inglaterra, Kubrick vivía como un eremita, encerrado con su familia en su mansión de Childwickbury. Lo primero que se supo es que su muerte fue por un ataque al corazón mientra dormía. Lo que supimos muchos años después es que su salud era delicada y vivía con una bombona de oxígeno en casa. Fue enterrado en su jardín junto a su árbol favorito.

Para escribir el guión de Eyes Wide Shut (película que pudo haberse llamado Tú y yo y El sujeto femenino, y que está basada en la novela Traumnovelle, de Arthur Schnitzler), Kubrick llamó a Frederic Raphael, guionista de Dos en la carretera. Sobre la experiencia de trabajar con Kubrick, Raphael escribió un libro (Aquí Kubrick) y dijo: “Stanley el tirano, Stanley el obseso perfeccionista, Stanley el hombre de hielo, Stanley el hermético, Stanley el que solo piensa en sí mismo y un nuevo Stanley: el judío que se odiaba a sí mismo”. Los dos se pelearon porque Rahpael quería marcar el carácter judío del protagonista, como en la novela original, y Kubrick no se lo permitió.

Gustav Hasford, autor de la novela que dio pie a La chaqueta metálica, dijo de él algo que muchos han repetido: “Era como una tijereta (el insecto). Se te metía por un oído y no salía por el otro hasta que te había corroído el cerebro”. Kubrick era un vampiro de talentos ajenos. De hecho, nada más conocerle, Raphael le dijo a su mujer: “Stanley es más un productor que un director”.

Unos enigmáticos embajadores de Kubrick preguntaron en 1997 a Raphael si estaba trabajando en algo. Finalmente firmó un contrato. Y era leonino, le pedía la total exclusividad y prohibía hasta escribir, mientras trabajaba con Kubrick, reseñas literarias en revistas. Y lo peor de todo: el contrato era de tiempo indefinido, hasta que no entregase el guión que Kubrick considerase definitivo no estaba libre. Lo mismo firmaron Tom Cruise y Nicole Kidman: acabarían cuando Kubrick diera por acabada la película. Vincent D'Onofrio, el famoso recluta patoso de La chaqueta metálica, les aconsejó: “Alquilad una casa o apartamento, os vais a quedar por mucho tiempo en Inglaterra”.

Kubrick se diferenció del resto de sus colegas directores en tener muy claro que el cine es dinero, es tiempo y es un juego. Como dijo Orson Welles, el cine es el tren eléctrico más caro del mundo. Y Kubrick más que dinero, y consiguió mucho, pidió siempre todo el tiempo del mundo para rodar, para jugar. A cambio pedía no moverse de casa (Nueva York fue recreado en estudio) y un presupuesto y equipo reducido, nada que ver con los números habituales de los grandes estudios como Warner, que es el que produjo Eyes Wide Shut y tenía a Kubrick fichado en exclusiva. Fue una jugada idéntica a la realizada con El resplandor o La chaqueta metálica, para cuyos rodajes Kubrick jamás pisó Estados Unidos o Vietnam.

El director de Senderos de gloria se hacía viejo, pero por dentro seguía siendo joven, un crío con el más alucinante juguete del mundo. Qué paradójico que la última escena de su testamento fílmico transcurra en una juguetería. También que en su libro dedicado a Kubrick su mujer Christiane incluyera una frase de Oscar Wilde que a él le gustaba recordar: “La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que sigue siendo joven”.

La secretísima producción Eyes Wide Shut fue tan especial como el resto de sus proyectos. De él nos llegaban escasas fotografías, algunas de ellas de las revistas del corazón que perseguían a Tom Cruise, como aquellas instantáneas en un coche de los estudios Pinewood sentado junto a un envejecido Kubrick y sus gastadas New Balance. Antes que en Cruise, Kubrick pensó en Harrison Ford, Johnny Dep y hasta en Woody Allen y Steve Martin convirtiendo el guión en comedia. También en el matrimonio formado por Alec Baldwin y Kim Basinger.

El plan de trabajo de la última película de Kubrick aparece en el Libro Guinness de los récords por su excéntrica duración: 400 días, impensables en cualquier producción americana o de donde sea. Harvey Keitel, que había sido contratado para el papel de Victor Ziegler, abandonó el rodaje y Jennifer Jason Leigh, que iba a hacer de Marion, fue despedida. Los sustituyeron Marie Richardson y Sydney Pollack, director al que Raphael le atribuyó el marrón de acabar de montar la película tras la muerte de Kubrick.

Pero esa afirmación es discutible. Según la fuente oficial, Kubrick mostró un montaje final a Warner cuatro días antes de su muerte, aunque la banda sonora, algo en lo que Kubrick era también un perfeccionista, todavía no estaba completada. Pollack, por cierto, resumió a la perfección lo especial e inteligente que era una producción de Stanley Kubrick: “Mientras el resto de nosotros, pobres bastardos, conseguimos 16 semanas de filmación por 70 millones y con una estrella de 20, Stanley puede conseguir 45 semanas y lo rueda todo con 60 millones”.

Eyes Wide Shut nos presentaba un Kubrick interesado por el sexo, pero como siempre a su manera. En su cine trató la sexualidad convencional pero también el homoerotismo (Espartaco), la pederastia (Lolita), la violencia en grupo y la bisexualidad (La naranja mecánica), la prostitución (La chaqueta metálica)... 

En Eyes Wide Shut aparecen casi todas las opciones: sexo convencional frente al onanismo, la prostitución, las orgías privadas, la pederastia, el travestismo, la homosexualidad... Y para ello, cómo no, Kubrick se documentó de forma maníaca y descubrió documentos del FBI que hablaban de una hermandad sexual de los Kennedy llamada The Free. También le preguntó a Raphael si le había sido fiel a su parienta, si se había ido de putas o si había estado alguna vez en una orgía. Además le pidió que estudiase los desnudos del pintor vienés Egon Schiele o del fotógrafo australiano-alemán Helmut Newton.

Sobre la famosa orgía de la película, para la que Kubrick consultó el sexo en películas de Paul Verhoeven como Showgirls o Instinto básico para evitar la temida calificación R, hemos sabido hace poco que Cate Blanchett puso su voz a una de las chicas de la bacanal, la misteriosa mujer enmascarada que se acerca a Tom Cruise (interpretada por Abigail Good) para pedirle que abandone la mansión.

Eyes Wide Shut habla de los celos y los cuernos imaginarios, de la libertad dentro de un territorio tan poco dado a la libertad como el matrimonio. Pero hay quien ha visto otros mensajes ocultos. Como Cristian Campos, que escribió en la revista Jot Down: “El periplo de Bill (Cruise) ha sido orquestado como parte de su proceso de iniciación en la élite del poder y el dinero. Cuando Alice (Kidman) le propone follar lo que está proponiendo en realidad es follar con otros. El acto final transcurre en una juguetería. Las paredes son rojas y varios juguetes parecen replicar algunas de las experiencias de Bill. Las cajas Magic Circle hacen referencia al ritual de iniciación ocultista de la mansión. El tigre que aparece es exactamente el mismo que puede verse en el apartamento de Domino (la prostituta). En la novela original la prostituta cuyo sospechoso suicidio aparece en el periódico se llama Anna Tiger”.

En Positif el crítico Laurent Vachaud fue más allá recordando que Vivian, hija de Kubrick, se unió a la Cienciología cuando preparaba la película y dejó de hablar con su familia. Y sugiere que la escena donde Bill se entera por un periódico de la muerte de una joven a quien no pudo salvar, mientras tocan el Requiem de Mozart, es el réquiem de un padre por su hija perdida. No es descabellado. Kubrick quedó destrozado por pelearse con su amada hija por culpa de la Cienciología, secta que también destrozó el matrimonio de Cruise con Kidman.

Quién sabe lo que ocurrió en aquel largo rodaje. Como muchas películas de Kubrick, en la turbia y enigmática Eyes Wide Shut hay muchas claves ocultas, guiños, sugerencias. Es tan ambiciosa como seductora. Y, para colmo, la última palabra que se dice en la última película de Kubrick es “follar”. El enigma final. Maldito Stanley.

Sacrificios humanos
El culto de Moloch: Según las creencias fenicias y la herejía gnóstica, el hombre era la encarnación de la tragedia ontogénica y para redimirse de ese pecado era necesario ofrecer sacrificios a Moloch, inmolando bebés, por ser considerados los más impregnados de materia.

Madonna en Super Bowl Medley 2012

BRUJAS EN AQUELARRE
FRANCISCO DE GOYA


Ocultista, Alquimista, Mago, Médico, Rosacruz 
Fundador del Rito Egipcio de la Francomasonería
Amigo de Casanova y Franklin

En el año 1610, el pueblo navarro de Zugarramurdi presenció cómo una treintena de personas eran enjuiciadas por la Inquisición acusadas de brujería. No todas fueron condenadas a morir en la hoguera, pero fue tal la envergadura del proceso que este acontecimiento ha quedado marcado en la Historia de la España de época moderna.

Zugarramurdi es en la actualidad un municipio perteneciente a Navarra. Está ubicado en la comarca del Baztán, cerca del pueblo francés de Sara, y cuenta con poco más de 200 habitantes. En Zugarramudi, el arroyo Orabidea creó un sistema de cuevas de 120 metros de largo y 12 de alto con el nombre de Sorginen Leizea (Cueva de las brujas), cuya galería principal se llama Infernuko Erreka (Arroyo del Infierno). Es en esta cueva, que por lo demás no presenta signos de haber sido ocupada durante tiempos prehistóricos ni posteriores, donde tenían lugar los aquelarres que dieron pie al proceso inquisitorial.

Sincretismo religioso de herejías gnósticas e ideologías masónicas, que pretende sustituir a la Iglesia católica y ser la religión única universal bajo patrocinio de la ONU y financiación de los superplutócratas que dirigen economía y política hacia el Nuevo Orden Mundial

Argumento
Eyes Wide Shut-Ojos bien cerrados) fue el decimotercer largometraje dirigido por Stanley Kubrick, protagonizado por Tom Cruise y Nicole Kidman y estrenado el 13 de julio de 1999. Fue la última película de Kubrick, así como su obra póstuma, ya que el director murió pocos días antes de poder mostrar el montaje definitivo a Warner Bros. Está basada en la novela Traumnovelle, de Arthur Schnitzler, y su guion fue escrito por el mismo Kubrick y Frederic Raphael. Debido a que los hechos narrados desdibujan la línea que separa la realidad de los sueños, la película resulta misteriosa y poco concluyente y deja la puerta abierta a una multitud de lecturas.

El doctor Bill (Tom Cruise) y su esposa, Alice (Nicole Kidman), acuden a una fiesta privada invitados por uno de los pacientes de él: Victor Ziegler, un multimillonario neoyorkino. Tras ser recibidos por el matrimonio Ziegler, Bill y Alice se separan temporalmente. Él es seducido por dos mujeres desconocidas que le ofrecen «ir más allá del arcoíris». Ella es seducida por Sandor Szavost, quien acaba proponiéndole sexo en el piso de arriba. Bill, todavía en compañía de las desconocidas, es requerido por el anfitrión para que le ayude con una situación delicada: una mujer desnuda en su baño ha sufrido una sobredosis. Cuando Bill logra reanimarla, Ziegler le pide discreción.

La noche siguiente, mientras Alice y Bill hablan sobre sus encuentros en la fiesta, ella le pregunta si tuvo relaciones sexuales con las dos guapas modelos con las que coqueteó durante el tiempo que se ausentó. Bill, forzado a mantener la confidencialidad acerca de la indiscreción de Ziegler, escuetamente explica que estuvo en el piso de arriba atendiendo a Ziegler. La coartada de Bill es poco convincente, pero sobre todo desafortunada, y da pie a una discusión. Alice, molesta por los comentarios de Bill, que interpreta como sexistas, acerca del deseo y la fidelidad femenina, le relata una fantasía sexual que tuvo un año atrás en la cual estuvo dispuesta a renunciar a todo por una noche de sexo con un oficial de marina que acababa de ver por primera vez. Bill mira a Alice perplejo, sacudido por la revelación inesperada. En mitad de estas traumáticas confesiones, Bill recibe una llamada telefónica que le informa que Lou Nathanson, un paciente suyo habitual, acaba de morir. Junto a su cabecera, Marion, la hija del difunto, declara que ama a Bill y desea renunciar a su vida para estar con él.

Bill se marcha y camina ausente por las calles de Nueva York, recreando imaginariamente la fantaseada infidelidad de Alice. Un grupo de jóvenes toma a Bill por homosexual y le empujan. Bill se retiene y se abstiene de empezar una pelea. Poco después conoce a una guapa prostituta llamada Domino y la acompaña a su apartamento. Cuando Bill está a punto de sucumbir, una llamada de Alice los interrumpe y Bill decide marcharse. Bill pasa por el Café Sonata, donde su amigo, el músico Nick Nightingale toca el piano. Nick le cuenta acerca de un lugar en el que toca el órgano con los ojos vendados para una audiencia de despampanantes mujeres desnudas que practican sexo. Cuando Nick le dice que volverá a tocar esa misma noche, Bill lo persuade para que revele la ubicación y las condiciones para asistir al encuentro: la contraseña «Fidelio», una máscara y una toga con una capucha. Para conseguir el atuendo requerido, Bill va a una tienda de alquiler de disfraces llamada Rainbow Fashions, que se convierte en escenario de otro incidente sexual; Bill y el propietario de la tienda se encuentran con un ilícito menage a trois en el cual la hija adolescente del propietario es el centro de atenciones. 

Bill toma un taxi y emprende un viaje nocturno que le llevará lejos de la ciudad hasta un misterioso lugar llamado Somerton. Con la contraseña Bill accede a una mansión en la que una orgía ritualizada está por empezar. Una enigmática mujer trata de advertirle que está en peligro pero Bill, desoyéndola, se niega a marcharse. Convencido de que la máscara le hará pasar inadvertido, Bill se pasea a través de varias salas observando actos lascivos entre hombres y mujeres sin distinción, aunque se abstiene de tomar parte en ellos. A un cierto punto Bill es detenido y llevado ante el maestro de ceremonias (el único vistiendo una toga color roja), quien le solicita la contraseña, Bill repite la contraseña «Fidelio» y el maestro le indica que resulta correcta para el ingreso pero no para la casa, al no saber dicha contraseña, Bill es desenmascarado y el maestro de ceremonias le demanda expiación. La misteriosa mujer interviene y se ofrece a redimirlo, y acepta cualquier castigo previsto para él. Bill es liberado pero se le advierte que, si no guarda silencio, él y su familia pagarán las consecuencias. Cuando regresa a su piso encuentra a Alice riendo en sueños y la despierta. Alice le cuenta que soñaba que tenía sexo con el oficial de marina de su fantasía y con muchos hombres más.

A la mañana siguiente Bill retrocede sobre los pasos de su aventura nocturna buscando respuestas. Va al hotel de su amigo el músico, pero allí descubre que Nick salió del hotel durante la madrugada en circunstancias inquietantes. Bill regresa a la tienda de disfraces para devolver el atuendo y se sorprende por la ausencia de la máscara. Antes de marcharse, el propietario de la tienda le ofrece los servicios sexuales de su joven hija además de no cobrarle. Bill regresa a Somerton pero le advierten que no siga haciendo indagaciones. Bill telefonea a Marion Nathanson pero cuelga cuando su prometido contesta al teléfono. Vuelve al apartamento de Domino, donde conoce a Sally, la compañera de piso de Domino. Tras un escarceo con la atractiva mujer, Sally le dice que Domino recibió de mañana los análisis de sangre que confirman que es VIH positivo. Bill se marcha y se percata de que está siendo seguido por un hombre de aspecto amenazador a través de las desiertas calles de Manhattan. Alarmado, Bill entra en una cafetería para protegerse. Allí lee en un periódico que la conocida modelo Amanda Curran ha sido internada en un hospital. De algún modo Bill sospecha que Amanda podría ser la mujer que lo redimió la noche anterior. Bill va al hospital, donde le informan que Amanda murió por sobredosis poco después del mediodía. Bill emplea sus credenciales médicas para entrar a la morgue. Cuando ve el cadáver de Amanda se conmueve en un modo extraño. Bill es citado por Ziegler, quien confiesa que es uno de los hombres enmascarados de la orgía que lo reconoció. Ziegler confirma que Amanda es ambas: la misteriosa mujer que lo redimió en la orgía y la mujer a la que Bill atendió médicamente en su baño. Sin embargo, Ziegler afirma que la redención de Amanda fue «falsa, un montaje, un teatro, una farsa para asustarlo, para que guardase silencio». Ziegler asegura que Amanda fue devuelta a su casa sana y salva y que sufrió una sobredosis por accidente. Además Ziegler le confirma haber sabido de su amistad con Nick quien lo llevó a Somerton y cuya cuenta en el hotel había sido pagada además de hacerlo volver a Seattle y la cuenta del disfraz alquilado había sido además pagada tras encontrar el recibo en su abrigo.

Cuando regresa a su piso, Bill encuentra a Alice dormida y junto a ella la máscara perdida que había usado en la orgía. Bill se derrumba emocionalmente. Alice se despierta y Bill, llorando, le confiesa todo. A la mañana siguiente, mientras hace las compras de Navidad en compañía de su hija, Bill le pregunta a Alice qué deberían hacer. Alice contesta que deberían estar agradecidos de haber sobrevivido a sus aventuras, reales o imaginarias; «una noche no es toda la vida», afirma Alice. «Y un sueño no es solo un sueño», responde Bill. Alice, mostrando que ha perdonado la escapada de Bill, responde que deberían tener relaciones sexuales tan pronto como les fuese posible.

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