O se acepta que el régimen franquista fue legítimo
o se adjudica la legitimidad histórica y política
al Frente Popular. Por Pío Moa
19 DIC 2020
Sé que resulta cansino insistir, pero la cuestión clave de nuestra democracia es la de Franco. O se acepta que el régimen franquista fue legítimo, o se adjudica la legitimidad histórica y política al Frente Popular o a la república. Esta última tuvo legitimidad de origen, perdida en el ejercicio y rematada por el Frente Popular.
Si el franquismo fue un régimen criminal, causante de la guerra civil en defensa de privilegios parasitarios, entonces la monarquía y la democracia actual y la propia unidad de España comparten esa esencial ilegitimidad. Este y no otro es el fondo del discurso y las políticas sostenidas por la izquierda y los separatistas en todo momento.
El referéndum del 76 acordó por inmensa mayoría la legitimidad del régimen de Franco, pero la misma nunca fue reconocida por quienes se sentían herederos del Frente Popular. Y, lo más grave, fue “olvidada” enseguida por una derecha “ayuna de formación histórica e ideológica”, con el Emérito y Suárez, descollantes por su incultura, como representantes típicos.
Solo la brillante herencia económica y sobre todo moral (reconciliación y moderación) del franquismo ha impedido durante décadas la reimposición del régimen criminal que fue el Frente Popular. Sin embargo, a lo largo de estas décadas no ha cesado un momento la labor corrosiva de los frentepopulistas mediante la falsificación sistemática del pasado, la sustitución de la historia por su “memoria” envenenada, con la colaboración del PP. Sus hitos decisivos fueron:
- 1) La entrega de la enseñanza a los separatistas.
- 2) La condena del 18 de julio por el PP.
- 3) El rescate de la ETA.
- 4) La ley de memoria histórica.
- 5) Las leyes “de género”.
- 6) Los nuevos estatutos hacia la secesión.
- 7) El referéndum golpista en Cataluña. el golpismo del actual gobierno.
Todo ello con el PP de auxiliar y sofocador de cualquier resistencia
Importa señalar que todo este proceso, que parecía imparable, ha cambiado de modo esperanzador con el discurso de Felipe VI contra el golpismo separatista, que contribuyó de paso a romper el muro de silencio construido por todos los partidos contra VOX. Hoy la situación ya no es la misma, si bien debe reconocerse que los enemigos de la libertad y de España han avanzado muy peligrosamente y que el tiempo apremia.
Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.
En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil,que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos y El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistas, La quiebra de la historia progresistay otros títulos. En la actualidad colabora en Libertad Digital, El Economista, El Cooreo de Madrid, El Muro del Pueblo Español, Radio Ya y Época