Inspirados por Satanás
Por Javier Paredes
22/5/22
Era puro odio a Cristo. Aunque con mucho retraso, vamos conociendo ya los miles de nombres de los mártires de la persecución religiosa perpetrada por la II República española.
Que en la persecución de la Iglesia y el asesinato de miles de católicos durante la Segunda República y la Guerra Civil los socialistas y los comunistas estuvieron inspirados por Satanás no es una metáfora, ni siquiera una hipérbole.
Desgraciadamente, es una de las verdades más denigrantes de la Historia de todos los tiempos, ya que el Frente Popular, de la mano de la masonería, es el responsable de haber cometido la mayor persecución de la Iglesia Católica en sus dos mil años de existencia.
Las persecuciones de Nerón, Decio, Diocleciano y demás emperadores romanos se quedan muy cortas comparadas con las atrocidades cometidas por los marxistas en España. Los socialistas, los comunistas y los anarquistas aventajaron con mucho a los peores tiranos , no solo por el número de mártires, sino también por la crueldad con que cometieron sus crímenes.
El Frente Popular, de la mano de la masonería,
es el responsable de haber cometido la mayor persecución
contra la Iglesia Católica en sus dos mil años de existencia
No encuentro episodios comparables a lo que hicieron con el obispo de Barbastro, al que emascularon con una navaja y le abandonaron en el cementerio para que se muriera desangrado, o al tormento que padeció Sor Apolonia Lizárraga, a la que aserraron viva y echaron sus restos a los cerdos, por no hablar de cómo violaron con palos a la tres hermanas Ferragutcasas, hermanas de sangre y de religión, a las que remataron volviéndolas a violar metiéndolas el cañón de sus pistolas en las entrañas y apretando el gatillo.
Sorprende, desde luego, la atrocidad de todos estos crímenes, pero llama todavía más la atención la capa de un silencio culpable que se ha echado encima de la persecución religiosa en España, para falsear la historia de los socialistas y los comunistas, que hoy se presentan como los adelantados de la convivencia democrática y de la tolerancia.
Y peor que un silencio culpable es esa denominación oficial de “mártires del siglo XX o mártires de la década de los treinta”. El perdón y hasta el amor hacia los perseguidores es una exigencia de la religión católica, y de ello dieron sobradas muestras nuestros mártires, que entregaron su vida perdonando a sus asesinos y con una sonrisa en la cara, porque eran conscientes de que su martirio era un pasaporte directo al Paraíso. Pero ni el amor, ni el perdón hacia los enemigos tiene nada que ver con esa mentira grosera y cobarde de la denominación oficial, que solo pretende mantener un buen rollito con los herederos políticos de los asesinos de los mártires, solo porque los socialistas y los comunistas son los que tienen ahora la sartén por el mango.
Por todo ello la aparición del libro de Jorge López Teulón titulado Inspirados por Satanás, que lleva por subtítulo “El martirio de las cosas, el martirio de los santos y profanaciones eucarísticas en los días de la persecución religiosa en España (1930-1939)”, es importante, porque rompe con este silencio contando con claridad las cosas como fueron.
Este libro de López Teulón es la prueba más evidente
de que lo que pretendieron los socialistas y los comunistas
fue arrancar de raíz la religión de nuestra patria
El libro, de un formato superior al que acostumbra la editorial San Román, tiene 500 páginas en las que se incluyen 400 fotografías. En efecto, sabíamos de la destrucción de iglesias, profanaciones de imágenes y utilización sacrílega de los elementos de culto, pero nunca se había dicho con tanta nitidez como en este libro, que es la mejor prueba de que una imagen vale más que mil palabras.
Evidentemente que en las 500 páginas de este libro no caben todas las imágenes del llamado “martirio de las cosas sagradas” de la Segunda República y la Guerra Civil. Pero por primera vez se publica una muestra de lo más importante de toda la zona controlada por el Frente Popular.
Aunque con mucho retraso, vamos conociendo ya los miles de nombres de los mártires de esta persecución religiosa en España. Solo con esos datos se puede afirmar con rigor que se trata de la mayor persecución de los católicos de todos los tiempos. Pero la exposición del “martirio de las cosas sagradas” muestra la verdadera magnitud de lo que fue la persecución religiosa durante la Segunda República y la Guerra Civil.
Sí, fue rabia satánica.
De otra forma no se entiende
el ensañamiento sangriento
con todo lo que oliera a cristianismo
Este libro de López Teulón es la prueba más evidente de que lo que pretendieron los socialistas y los comunistas fue arrancar de raíz la religión de nuestra patria. Aunque lo intentaron, los enemigos de la fe no consiguieron eliminar a la totalidad de los católicos, ni siquiera a todos los sacerdotes y religiosos, aunque en alguna diócesis como la de Barbastro estuvieron a punto de conseguirlo, pues en ese obispado aragonés mataron al 83% del clero.
En el territorio controlado por el Frente Popular se salvaron muchos sacerdotes que estuvieron escondidos y protegidos por las buenas gentes del lugar. Pero las iglesias, ermitas y lugares de culto o de significación religiosa, que por su naturaleza, ni podían huir ni esconderse, fueron profanados en su totalidad.
E incluso de la radicalidad de una persecución que no admitía excepciones presumieron sus verdugos. El 5 de marzo de 1937, el Secretario General del Partido Comunista Español, José Díaz (1896-1942), dijo en un mitin celebrado en Valencia: «En las provincias en las que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado con mucho la obra de los Soviets, porque la Iglesia en España está hoy día aniquilada».
Los enemigos de la fe no consiguieron eliminar
a la totalidad de los católicos,
ni siquiera a todos los sacerdotes y religiosos,
aunque en alguna diócesis como la de Barbastro
estuvieron a punto conseguirlo, pues en ese obispado
mataron al 83% del clero
El autor del libro que comentamos encabeza su escrito con los versos del Salmo 73, que sin duda son proféticos de lo que pasó en España. Perdón, seamos precisos: de lo que pasó en la parte de España controlada por el Frente Popular, porque en el otro sector de España controlado por las tropas nacionales de Franco no solo no se persiguió a los católicos, sino que se protegió a la Iglesia católica. Y esta es la gran verdad que la mentirosa y grosera denominación oficial de "mártires de siglo XX o mártires de la década de los treinta" trata de ocultar, generalizando el martirio durante todo ese tiempo en España, como si en todos los sitios hubiera ocurrido lo mismo. Pero volvamos al profético salmo 73, esto es lo que dice:
“En la entrada superior
abatieron a hachazos el entramado;
después, con martillos y mazas,
destrozaron todas las esculturas
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre.
Pensaban: acabaremos con ellos,
E incendiaron todos los templos del país”.
Y comentando a qué se refiere este salmo, Jorge López Teulón escribe una líneas, que a mí me parecen el mejor reflejo de lo que es este libro, que ahora ve la luz: “Los estudiosos no se ponen de acuerdo, aludiendo unos a que se trata de la destrucción de Jerusalén por el ejército de Nabucodonosor en el 586 a.C.; mientras que otros, en cambio, creen que la situación refleja más bien la persecución de los tiempos macabeos, aludiéndose a la profanación del templo por los emisarios de Antíoco IV Epifanes (168 a.C.). Y, sin embargo, dando un salto hasta el siglo XX, yo creo ver las huellas (a veces, hasta firmaban sus fechorías) del llamado Frente Popular de los años de la Segunda República: PSOE, UGT, PCE, CNT-FAI, POUM… el marxismo-leninismo en estado puro, que —tras dejar un reguero de más de 10.000 mártires asesinados in odium fidei— destrozó a su paso catedrales, basílicas, iglesias, ermitas. ¡Al Señor Sacramentado!, quemado sacrílegamente en esos incendios. Miles y miles de imágenes del Señor, de la Virgen, de los santos. O el episodio, no tan conocido y aquí narrado al detalle, de decenas de cuerpos de santos —algunos de ellos incorruptos— que sufrieron la misma persecución por odio a la fe”.
Javier Paredes
Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá