12/07/2024
Como empresario y denunciante de corrupción sistémica, conozco bien el funcionamiento de los tres sectores de actividad españoles: público y privados, empresarial y social.
Además, como denunciante internacional (Consejo de Europa, Unión Europea y la ONU), conozco bastante lo que son estas tres organizaciones, así como los gobiernos de los países menos corruptos a los que llevo años acudiendo.
Siempre he huido de las denuncias poco rigurosas que han llegado a mis manos a través de las organizaciones y movimientos sociales que he ido creando a lo largo de mis 14 años de activismo.
Tras más de dos décadas de estudio de las instituciones españolas e internacionales, siempre he desechado las teorías conspirativas por dos motivos: primero por inconsistencia y porque entendía que los negocios internacionales afectaban menos a la vida de los occidentales que el tráfico de influencias en cada país.
La Conspiración se basa en la existencia de unos supuestos “amos del mundo”, o en las organizaciones internacionales (intergubernamentales), como las citadas, otras organizaciones internacionales privadas como el Foro Económico Mundial, conocido por el Foro de Davos, el Club de Roma, el Club Bilderberg, algunos milmillonarios como Bill Gates o los Soros (recomiendo leer mi carta al padre e hijo remitida este año) o la idea de un Nuevo Orden Mundial que, supuestamente pondría de acuerdo a China, Rusia, Occidente y al resto del mundo, lo que aparentemente es imposible, pero las apariencias engañan.
La Open Society Foundation de Soros tuvo un presupuesto en 2020 de 1.200 millones de dólares. Por su parte, la Fundación de los Gates, gastó 5.187 millones de dólares en 2020, siendo la Fundación con mayor patrimonio del mundo.
Estas cantidades son insignificantes comparadas con el mayor negocio del mundo: la corrupción. El 2 de mayo de 2023, Naciones Unidas publicó que la corrupción se lleva el 5% del PIB mundial y el 25% del gasto público mundial que es 13 billones de dólares.
En 2017, el Gobierno español, gastó 14.300 millones de euros (más de 16.500 millones de dólares) para ayudas y subvenciones, según la Base de Datos Nacional de Subvenciones (BDNS). Sólo España dedica en subvenciones más del doble del dinero que dedican los dos supuestos conspiradores para dirigir el mundo, siendo estos dos los que más fondos dedican a ello.
Además, como denunciante internacional (Consejo de Europa, Unión Europea y la ONU), conozco bastante lo que son estas tres organizaciones, así como los gobiernos de los países menos corruptos a los que llevo años acudiendo.
Siempre he huido de las denuncias poco rigurosas que han llegado a mis manos a través de las organizaciones y movimientos sociales que he ido creando a lo largo de mis 14 años de activismo.
Tras más de dos décadas de estudio de las instituciones españolas e internacionales, siempre he desechado las teorías conspirativas por dos motivos: primero por inconsistencia y porque entendía que los negocios internacionales afectaban menos a la vida de los occidentales que el tráfico de influencias en cada país.
La Conspiración se basa en la existencia de unos supuestos “amos del mundo”, o en las organizaciones internacionales (intergubernamentales), como las citadas, otras organizaciones internacionales privadas como el Foro Económico Mundial, conocido por el Foro de Davos, el Club de Roma, el Club Bilderberg, algunos milmillonarios como Bill Gates o los Soros (recomiendo leer mi carta al padre e hijo remitida este año) o la idea de un Nuevo Orden Mundial que, supuestamente pondría de acuerdo a China, Rusia, Occidente y al resto del mundo, lo que aparentemente es imposible, pero las apariencias engañan.
La Open Society Foundation de Soros tuvo un presupuesto en 2020 de 1.200 millones de dólares. Por su parte, la Fundación de los Gates, gastó 5.187 millones de dólares en 2020, siendo la Fundación con mayor patrimonio del mundo.
Estas cantidades son insignificantes comparadas con el mayor negocio del mundo: la corrupción. El 2 de mayo de 2023, Naciones Unidas publicó que la corrupción se lleva el 5% del PIB mundial y el 25% del gasto público mundial que es 13 billones de dólares.
En 2017, el Gobierno español, gastó 14.300 millones de euros (más de 16.500 millones de dólares) para ayudas y subvenciones, según la Base de Datos Nacional de Subvenciones (BDNS). Sólo España dedica en subvenciones más del doble del dinero que dedican los dos supuestos conspiradores para dirigir el mundo, siendo estos dos los que más fondos dedican a ello.
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El Ministerio de Ciencia e Innovación español tuvo un presupuesto de 3.991 millones de euros en 2023, más del triple que la fundación de Soros. El gasto público español en 2023 fue de 678.820 millones de euros (734.008,1 millones de dólares), más de cien veces más que el gasto de Soros y Gates juntos, y España no es una gran economía.
En 2015, los gobiernos de 193 países firmaron los Objetivos de Desarrollo Sostenibles comprometiéndose a “hacer realidad la Agenda 2030”. Fue la primera vez que los gobiernos aceptaron comprometerse con una propuesta de Naciones Unidas (ONU).
Por el elevado descrédito institucional y mediático, así como tras las numerosas quejas contra la Agenda 2030, en 2018 Naciones Unidas y la Unión Europea empiezan a hablar de “desinformación” como un gran peligro, siendo desinformación todo lo que se aponga a la narrativa oficial. En 2020, la Unión Europea empieza a trabajar en sus normas contra la desinformación.
En 2020 se declara la pandemia del coronavirus (COVID-19) y en tiempo récord aparecen las vacunas contra la COVID-19 que numeroso científicos denominaban terapias génicas y cada día más gente llama inyecciones COVID-19 o inyecciones asesinas por sus peores efectos adversos conocidos por las farmacéuticas que las fabrican.
Apoyados en la Agenda 2030, la Unión Europea ha ido mucho más allá con el Pacto Verde Europeo (aprobado en diciembre de 2019). En 2022, la Comisión europea propuso la Ley de Restauración de la Naturaleza y meses después fue apoyada por la ONU.
En España, según algunos expertos, se está disminuyendo el agua potable disponible y los agricultores se quejan de que se les impida seguir con la agricultura, favoreciendo a Marruecos o incluso trasladándose los propios agricultores españoles a ese país.
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Algunos piensan que quieren acabar con la mayor parte de la población con virus fabricados y vacunas mortales, a la vez que se mejora la Naturaleza para que la élite pueda disfrutarla en todos los continentes.
Tanto narrativas y hechos coordinados por la ONU, por la UE o por ambas, han hecho que creciera el número de conspirativos, también llamados conspiranoicos, entre las personas con inquietudes de conocer el mundo donde vive.
La Agenda 2030, la pandemia (llamada plandemia por los conspirativos) y las reacciones institucionales, las leyes contra la libertad de expresión y de información, la Ley de Restauración de la Naturaleza y el crecimiento desorbitado de la deuda publica, están cambiando sustancialmente la vida de los occidentales. La gente poderosa vive mejor y es más rica, mientras la mayoría vive cada día peor. El descrédito institucional también ha llegado a las organizaciones intergubernamentales como la ONU y la UE.
Occidente está en decadencia y se plantea la duda sobre quién o quiénes son los causantes de la decadencia y enemigos de la mayoría: ¿los enemigos son los políticos, las instituciones y los organismos internacionales?, ¿los enemigos son los “amos del mundo” o ciertas élites? o ¿los enemigos son ambos?
La decadencia de España y su causa está documentada en www.decadencia.es.
Javier Marzal
Presidente de la International Association to Change the Worldnge the World
