Cristina Martín (25/05/2014): En 2005, durante el embarazo de la princesa Letizia, en las declaraciones de la Familia Real a los medios de comunicación que siguen la información de Casa Real hubo una ausencia destacable: la de la reina doña Sofía. Al parecer, la monarca se encontraba en Alemania, participando en una de las reuniones del Club Bildelberg, la exclusiva sociedad a la que pertenecen élites económicas y de poder. Una entidad supranacional, creada en sociedades democráticas, en la que muchos ven continuas conspiraciones para controlar el mundo. Una de las que lo piensa es una de las mayores expertas en las estrategias de este“grupo de poder que trabaja para dirigir y controlar el mundo”, y por cuyas reuniones han pasado alguna vez no sólo la Reina, sino Soraya Sáenz de Santamaría, Rodrigo Rato, María Dolores de Cospedal o José María Aznar. Se trata de Cristina Martín Jiménez, autora de Perdidos. Los planes secretos del club Bildelberg. En su libro habla de ese club, una alianza de poder entre la aristocracia europea, algunos banqueros, multinacionales, medios de comunicación o de la cultura, el BM, FMI y la OTAN, entre otros.
La sociedad, que salió a la luz pública en 2007, defiende “el secreto porque aseguran que les sirve para que la opinión pública no los malinterprete”. Según Martín Jiménez, la imagen de la Reina les vino muy bien a sus miembros, sobre todo por su repercusión internacional. “La Reina lleva dos años sin asistir a ninguna reunión pero, de alguna forma, cuando el club salió a la luz por primera vez en 2007, dijeron que la anfitriona de su reunión en Turquía era ella. Yo creo que, a nivel mundial, la imagen de la reina es muy buena y les venía muy bien anunciar que ella participaba”. Otros de los habituales son Soraya Sáenz de Santamaría o Javier Solana, en cuyas declaraciones la autora del libro ve claramente un anuncio público de las intenciones de este club. “Javier Solana dijo: Europa debía ser el laboratorio de un posible gobierno mundial”. Según Martín Jiménez, “la crisis ha sido planificada, paso a paso, desde el Club Bildelberg. Es una forma de presionar a la gente, de entretenerla con sus políticas locales mientras ellos manejan algo más grande a nivel mundial”.
El dato de Esperanza Aguirre: Una de las claves del Club, que existe desde el año 1954 y celebra su 60 aniversario con una reunión que se celebra estos días en Dinamarca, es que “toman decisiones a espaldas de la democracia y del pueblo, por mucho que defiendan el secreto”. Una de las personas que, hace años, le contó a la autora varias cosas sobre el club, fue la mismísima Esperanza Aguirre. Corría el año 2004 y la expresidenta de la Comunidad de Madrid se encontraba en los pasillos de Telecinco. “A ella la invitó a participar en el club Jaime de Carvajal Urquijo, amigo del Rey. Me contó ese año que antes de comenzar las sesiones se reparten los currículos de los asistentes, que no se podían llevar guardaespaldas pero sí palos de golf. Es una forma de usar este deporte de élite para captar a miembros”. Cada año se invita al club a unos 120 ó 130 invitados. “Si les gustas, te llaman otra vez o te dan un puesto dentro de su estructura. El único español que está en el club es Juan Luis Cebrián. Él fue quien invitó a De Guindos, a Pablo Isla o a Soraya Sáenz de Santamaría”.
Pese a ser una de las investigadoras más serias acerca de esta organización que ha “fabricado la crisis”, la autora es consciente de que muchos llaman a aquellos que cargan contra el club Bildelberg “conspiranóicos” y se toman a burla muchas de sus teorías. “Yo he recibido presiones respecto a este tema. Mi tercer libro, por ejemplo, fue retirado del mercado y todavía no se me ha dado una explicación. La presión del silencio es la más dura para un periodista. Como la mayoría de los medios de comunicación están en sus manos, es bastante habitual que nos ridiculicen”. Según ella, los del club son una especie de “masonería" con sus propias reglas que pretende controlar el mundo. Es el "Imperialismo del siglo XXI”. Pensar en los nombres de rostros populares de la política y el establishment español que pertenecen al club da un poco de vértigo y, según Cristina, colaboran en esta “Entidad Supranacional” que ya tiene más de medio siglo a sus espaldas.
