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domingo, 22 de abril de 2012

Isabel I de España, la Católica: Sierva de Dios (350)

Biografía en 12 Imágenes
Nace en Madrigal de las Altas Torres (1451)
Visita a la Virgen de Guadalupe (1467)

Boda con Fernando en Valladolid (1469)

Coronación en Segovia (1474)
Educación de las Hijas (1490)
Colón: Capitulaciones de Santa Fe (1492)

Fin de la Reconquista de Granada (1492)
Descubrimiento de América (12 octubre 1492)

Reparto del Mundo con Portugal
Tratado de Tordesillas (1494)

Testamento a favor de los Indios
Muere en el Castillo de la Mota
Medina del Campo (1504)
Sepulcro en la Catedral de Granada
Francisco Ximénez de Cisneros (1436-1517)
Confersor de la Reina Isabel (1492)
Arzobispo de Toledo (1495) y Cardenal
Fundador de la Universidad de Alcalá (1501)
Inquisidor general de Castilla (1507)
Conquistador de Orán (1514)
Gobernador-Regente de España (1516)
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InfoCatólica
Tomás de la Torre
(17/4/12)

Tiempos corren duros y fieros contra la patria española. La crisis económica tiene unos poderes financieros fuertes junto a una prima voraz que se come todo el papel moneda existente hoy y el de mañana. Nos acorralan desde la tierra de fuego cortando el grifo petrolero y robando empresas con formas y maneras dictatoriales. Los malos pasos de otro nos conducen a no saber quien nos representa en el interior y el exterior, cuando lo importante es estar y ser, en vez de pegar tiros por cobrar piezas con trompa. Somos un pueblo a merced del pitorreo internacional.

Otro sale con su prédica semanal afirmando que tiene la solución a todos los problemas internos y externos. Es el bálsamo de Fierabrás quijotesco. Si mañana toda la España presente hace confesión pública de la fe luterana, pasamos a no tener problemas de ninguna clase. Desaparecen todos los males, porque nuestro principal error fue quedarnos junto a Roma, el Papa y la Cruz de Cristo.

Dentro de unos días, el 22, nació la Sierva de Dios la Reina doña Isabel la Católica, cuyos restos mortales descansan en la Capilla Real de Granada. Se cumplen 561 años. Por esta mujer providencial en nuestra historia habrá una Misa en la víspera; y en la antevíspera tendrá lugar una oración familiar, dentro de la semana de la familia, organizada por la delegación diocesana correspondiente.

Esta Sierva de Dios, junto a su esposo Fernando el Católico, fueron los artífices de crear la unidad española que conocemos, queremos y defendemos.

Hicieron una España católica, porque sabían que es la única Religión verdadera, la habían aprendido en su educación, la habían enseñado a sus hijos, algunos de ellos sufrieron las consecuencias de la herejía posterior.

Tenían grandes hombres de la Iglesia Católica a su lado. Uno de ellos el franciscano cardenal Cisneros, era un gran confesor, un mejor consejero, y un selecto hombre del Renacimiento creando la Universidad Complutense y toda la obra bíblica poliglota publicada para el bien de la unidad católica de España.

Porque el catolicismo nunca ha sido una rémora para esta gran nación, quien tras el descubrimiento americano, llevó la fe de Cristo a las tierras descubiertas, donde hoy se rinde culto al uno y único Dios católico presente en la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Cuando España, hoy, está pasando unas horas difíciles debemos volver a la oración a la Capilla Real de Granada, ante la tumba de los Reyes Católicos, símbolo de la unidad católica de nuestra gran nación, como harán muchos granadinos dentro de los actos organizados para la semana de la familia.

Dios nos ayudará a vencer los malos tiempos y seguramente los mercados financieros y su prima perderá el hambre de papel monetario, la dictadora que roba empresas españolas las pagará con la justicia en la mano, el yacente pegador de tiros volverá a su casa a recuperarse, y el enfermo paranoico del bálsamo quijotesco seguirá soltando soflamas panfletarias, porque nunca reconocerá que su herejía es solamente eso una de tantas herejías que en la historia eclesial han sido. Su ego es tan grande y ciego como su volumen sentado en una silla.

Aquí estaremos, Dios mediante, con las teclas del ordenador para proclamar a los cuatro vientos que estoy muy orgulloso de ser español, católico y sacerdote de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Mi misión igualmente continuará.

Actos del 561ºAniversario de Isabel la Católica
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Biografía de Isabel de Castilla
Nació en 1451 en Madrigal de las Altas Torres 
Murió en 1504 en Medina del Campo
Reina de ESPAÑA:
Castilla y León (1474-1504) y  Aragón (1479-1504)
Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal
Hermana de Enrique IV, rey de Castilla (1454-1474))

En 1468, Enrique IV, de carácter débil e indeciso, reconoció a la princesa Isabel como heredera al trono en el pacto de los Toros de Guisando, con lo cual privó de sus derechos sucesorios a su propia hija, la princesa Juana, llamada la Beltraneja, a quien se suponía hija de Enrique Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque.

Con el objetivo de consolidar su posición política, los consejeros de Isabel acordaron su boda con el príncipe Fernando, primogénito de Juan II de Aragón, enlace que se celebró en secreto, en Valladolid, el 19 de octubre de 1469. Al año siguiente, molesto por este matrimonio, Enrique IV decidió desheredar a Isabel y rehabilitar en su condición de heredera a Juana, que fue desposada con Alfonso V de Portugal.

La consecuencia fue que, a la muerte del rey, en 1474, un sector de la nobleza proclamó a Isabel soberana de Castilla, mientras que otra facción nobiliaria reconocía a Juana (1475), lo cual significó el inicio de una sangrienta guerra civil.

A pesar de la ayuda del monarca portugués a la Beltraneja, el conflicto sucesorio se decantó a favor de Isabel en 1476, a raíz de la grave derrota infligida a los partidarios de aquélla por el príncipe Fernando de Aragón en la batalla de Toro.

Los combates, sin embargo, se sucedieron en la frontera castellano-portuguesa hasta 1479, en que el tratado de Alcaçobas supuso el definitivo reconocimiento de Isabel como reina de Castilla por parte de Portugal, además de delimitar el área de expansión castellana en la costa atlántica de África. Aquel mismo año, el óbito de Juan II de Aragón posibilitó el acceso de Fernando II al trono y la consiguiente unión dinástica de Castilla y Aragón.

Las líneas maestras de la política conjunta que desarrollaron Isabel I y Fernando II fueron el afianzamiento y la expansión del poder real, el estímulo de la economía, la conclusión de la reconquista total a los musulmanes del territorio peninsular y el fortalecimiento de la fe católica.

Para consolidar y prestigiar la monarquía, la reina implantó la Santa Hermandad, institución encargada de garantizar la estabilidad del orden público y la administración de justicia (1476), abolió las prerrogativas otorgadas a la nobleza por Enrique IV (1480) y convirtió el Consejo Real en el principal órgano de gobierno del reino, en detrimento de las Cortes. 

En el aspecto económico, Isabel la Católica saneó la hacienda pública merced a un estricto sistema fiscal e incentivó el desarrollo de la ganadería ovina y del comercio lanero. Además, supo canalizar la tradición militar y expansiva de Castilla hacia la conquista del reino nazarí de Granada, último bastión islámico en la Península (1492), y la guerra contra los musulmanes norteafricanos, a los que arrebató Melilla (1497). 

Con todo, el mayor logro de la política exterior isabelina fue, sin duda, la financiación de la expedición que culminaría con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1492). En materia religiosa, por último, Isabel la Católica llevó a cabo una profunda reforma eclesiástica con la ayuda del cardenal Cisneros, creó el tribunal de la Inquisión para velar por la ortodoxia católica (1478) y culminó el proceso de unificación religiosa con la expulsión de los judíos (1492) y los mudéjares (1502). A su muerte, acaecida el 26 de noviembre de 1504, el trono castellano pasó a su hija Juana, llamada la Loca, madre del futuro monarca Carlos I de España.
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Hijos de Isabel y Fernando
Política Matrimonial de los Reyes Católicos
Isabel (1470-1498), casada en 1490 con Alfonso de Portugal y en segunda nupcias con su hermano Manuel (1497). Murió de parto en 1498. El niño, Miguel, fue jurado príncipe heredero de Castilla, Aragón y Portugal. Pero murió en 1500.

Juan (1478-1497). Gran ilusión de los Reyes. Heredero de Castilla y Aragón. Casado en 1497 con la infanta Margarita de Austria. Tuvieron un hijo póstumo que nació muerto. Margarita se fue de España y se encargó de los primeros pasos de su sobrino Carlos.

Juana (1479-1555), casada en 1496 con Felipe de Austria. En 1500 nació en Gante su segundogénito, primer hijo varón, Carlos, con el cual entró una nueva dinastía en España, la de la familia de los Habsburgo, que formaban la Casa de Austria. Fue Emperador. En 1503 Juana y Felipe tuvieron a Fernando, sucesor en el Imperio de Carlos V y «re-fundador» de la rama austríaca imperial de la Casa de Austria.

María (1482-1517), casada en 1500 con Manuel de Portugal, viudo de su hermana. Tuvieron diez hijos, entre ellos, Isabel, esposa de Carlos V.

Catalina (1485-1536), casada con Arturo (1502), Príncipe de Gales y con Enrique VIII (1509), rey de Inglaterra. Madre de María Tudor, esposa de Felipe II y reina de Inglaterra.
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Isabel la Católica
Sierva de Dios
Reina de la Hispanidad
BLOG "El Matiner Carlí"
(11 octubre 2010)

Cetro y Corona de Isabel I de España
ORACIÓN (uso privado):
Por intercesión de la sierva de Dios Isabel la Católica.
DIOS, Señor y Padre nuestro, que nos has manifestado tu providencia en la elección de tu sierva Isabel como instrumento de tu gloria en la dignificación cristiana del hombre, en la exaltación de la fe y su extensión al Nuevo Mundo. Te damos las gracias por este don sobrenatural de sus virtudes y de su ejemplo permanente desde las cimas del gobierno de los pueblos para la redención y la salvación de todos. Te rogamos te dignes perpetuar su intercesión en el Cielo para continuar su obra comenzada en la Tierra; y para obtener ahora las gracias especiales y favores que por su medio te pedimos, en unión con Cristo nuestro Señor y Mediador, que contigo y el espíritu Santo vive y reina y es Dios por todos los siglos. Amén.
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S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón
Guadalajara, Jalisco (Nueva España) 
22 de mayo de 2004. 
Mensaje inaugural del 
"Seminario Internacional 
sobre la Sierva de Dios Isabel la Católica"
Excelentísimos señores, queridos amigos:

Es para mí una gran satisfacción poder acompañarles en este simposio que, con motivo del Quinto Centenario de la muerte de la Reina Isabel de Castilla, la Católica, organiza la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Debo comenzar por expresar mi agradecimiento a la Universidad, que ha querido asociarme a la celebración. Conozco la Universidad desde hace decenios, pues goza de merecida fama, y me honro con la amistad de algunos de sus fundadores, singularmente la ejemplar familia Leaño, que hoy tengo ocasión también de renovar.

Como Infante de España y descendiente de la Reina Católica, son muchos los sentimientos que se me agolpan:

En primer lugar, una gran emoción de que este acto se celebre no en la vieja Península Ibérica, sino en la pujante Nueva España. Y en una Nueva España nacida al calor del amor a la Virgen María, en Guadalupe y aquí, más cerca, en Zapopan.

En segundo lugar que, dentro de la Nueva España, nos encontremos en Jalisco. ¡Cómo dejar de evocar la epopeya cristera, que en estas tierras se desarrolló con especial intensidad! Depositario de la legitimidad carlista española, no puedo dejar de recordar que aquellas guerras dinásticas del XIX se hicieron al grito de “por Dios, por la Patria y el Rey”, afirmación de la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo que los mártires cristeros rubricaron con su grito “¡Viva Cristo Rey!”, y que los voluntarios carlistas todavía volvieron a hacer sonar en la cruzada de 1936-1939.

Finalmente no podría dejar de decir algunas palabras sobre la Reina Isabel, que quisiéramos ver pronto en los altares, una vez que los dictados de la “corrección política” (y eclesiástica) sean de una vez, y esperemos que definitivamente, dejados a un lado.

La meditación de su testamento debiera estar siempre presente en la mente de los gobernantes. Por las virtudes humanas y cristianas que exhibe. Por el temple de Reina que lo llena. Por el amor a la Hispanidad, aunque la palabra aún no se usara, que lo preside.

Pero son toda su vida y su obra las que deben ser objeto de meditación. Al reformar la Iglesia alejó el peligro de la “reforma” luterana, que habría de llegar más tarde a Europa, pero de la que el mundo hispánico se vio libre. Al llevar adelante la Reconquista, hasta el reino de Granada, último reducto moro, completó la recuperación de España, y hasta el final con la expulsión de los judíos no convertidos. Al afirmar la presencia castellana en el Norte de África, en la llamada Hispania Tingitana, demostró otra vez su celo apostólico y su aguda visión geopolítica. Y, sobre todo, al impulsar la gesta americana, sentó las bases de la Hispanidad, de las Españas grandes. Que sus sucesores consolidaron en la senda de su espíritu: Carlos I en la “Controversia de Valladolid” y en la legislación de Indias, completada luego por los Felipes.

La gesta americana no se puede comprender sin la acción de los Reyes y todo un pueblo en misión. Solórsano Pereyra, en su Política indiana resume que “la conservación y el aumento de la fe es el fundamento de la Monarquía”. Así fue la obra de la Reina Católica, que tantos frutos esperamos siga dando. Quiera Dios que este simposio sirva para que la Reina Isabel esté pronto en los altares.
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Presentación del acto
 "Isabel la Católica y la Tradición Hispánica"
Organizado por las Juventudes Tradicionalistas de España 
en Albacete el 15 de mayo de 2002.
Isabel la Católica forma parte esencial de la Tradición Hispánica, pues toda su acción social y política viene guiada por el tetralema de Dios, Patria, Fueros, Rey legítimo. Así pone en el centro de su empeño político la consecución de la unidad católica de España con la derrota militar de los últimos reductos mahometanos (derrota para la cual empeña las arcas de la Corona y sus propias posesiones personales) y la expulsión de los judíos; emprende labores de reforma de órdenes religiosas en una época de relajación de costumbres en los monasterios; conduce toda la empresa del descubrimiento americano al bautismo de los indios. Ama a España profundamente, a la que quiere ver reunificada y libre del yugo invasor, dando un impulso a una Reconquista adormecida por la anteposición de intereses materiales por parte de algunos reyes cristianos anteriores. Entiende que el poder Real ha de ejercitarse con respeto de las leyes y las Cortes territoriales y concede nuevos Fueros a los territorios reconquistados, recorriendo y gobernando las Españas según sus tradiciones políticas y respetando el derecho consuetudinario; viviendo la variedad de las Españas también en lo cultural, vistiendo el traje tradicional de los territorios que visitaba e incluso expresándose e imprimiendo documentos oficiales en las lenguas particulares de cada uno de ellos (sin detrimento de la consolidación desde siglos atrás del castellano como lengua común, o española por antonomasia). Impuso un sistema de justicia social y redistributiva, sobre todo en las Leyes de Indias, tomadas como modelo de muchas reivindicaciones laborales posteriores. Y su sentido legitimista la llevó a reclamar sus derechos al trono de Castilla contra las intrigas palaciegas, fortaleciendo la monarquía y ejerciendo con rectitud cristiana el poder y el mando. Su vida y su actuación religiosa y política son la antítesis del liberalismo, por lo que es una infamia que su nombre y su Trono se vea usurpado por las antirreinas de la revolución.
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[Agencia FARO] Madrid, 10 octubre 2010, mes del Santo Rosario.El próximo martes 12 de octubre se celebra, como es sabido, la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de Aragón, día de la Hispanidad y de la Raza (por más que en Argentina, donde apareció por primera vez esta denominación, pretenda suprimirla el tándem Kichner-Fernández, como FARO informaba recientemente). No se trata, sin embargo, de una supuesta "fiesta nacional", invento del Gobierno socialista de Felipe González en 1986. Por eso resultan lamentables los llamamientos de muchos supuestos patriotas para celebrarla como tal.

Los días oficiales de "fiesta nacional" son propios de los nuevos estados-nación surgidos de la Revolución. Una patria tan antigua como España no celebra semejantes cursilerías. A menos que se sostenga --como lo hacen Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy y el PP, o el arrupita Fernando García de Cortázar-- que España nació de las falsas Cortes de Cádiz y la nefasta Constitución de 1812. En cuyo caso deberían poner la "fiesta nacional" el 19 de marzo. Porque lo que celebramos el 12 de octubre en la Península es la ocasión memorable en que nuestra tierra fue hollada por los pies venerables de la Santísima Madre de Dios; catolicidad a la que debemos, ciertamente, nuestra identidad nacional, y por consiguiente la empresa descubridora que extendió la Hispanidad por todos los continentes. Pero la Patrona Mayor de las Españas es la Inmaculada Concepción, cuya fiesta se celebra el 8 de diciembre.
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Devoción del Requeté a la VIRGEN
Haz cuanto puedas por rezar el Rosario cada día, y si es junto con otros multiplicas el valor de tu oración y de tu filial amor a la Madre de Dios. Lleva su escapulario y una medalla. Sea cual fuere su advocación, la Virgen te acompaña. Pero en especial invócala en la del Pilar de Zaragoza.

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