«Negocio redondo» para «cazadores de noctámbulos»
Responden a "las tres heridas morales principales
de nuestra generación: la desconfianza,
la desfiguración del amor y el narcisismo"
Religion en Libertad
(21 mayo 2012)
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha hecho algo que él mismo desrecomienda: encender de madrugada el televisor... y comprueba que tarots y consultas con adivinos o videntes, teléfonos eróticos y programas de televentas y sorteos pueden ser un gran negocio para los empresarios "cazadores de noctámbulos" que se alimenta de la frustración, miedos y el vacío interior de las personas.Así lo señala en un artículo titulado "De noctámbulos y centinelas" en el que el prelado señala que "la mayoría de los canales han conectado una especie de ‘piloto automático’, ofreciendo lo que podríamos llamar un ‘cebo’ para noctámbulos". El obispo se refiere principalmente a los tarots y consultas con adivinos o videntes; teléfonos eróticos y canales pornográficos; y programas de televenta y de sorteos de premios.
"Es de suponer que quienes han planificado ese tipo de ‘anzuelos’, antes de elegir el ‘cebo’ adecuado, habrán estudiado detenidamente las inclinaciones de las pasiones humanas. Es obvio que las inquietudes, los agobios y ansiedades, la inmadurez, las frustraciones, las angustias, los miedos, el vacío interior… etc. pueden llegar a convertirse en un negocio redondo para esta nueva clase de empresarios, ‘cazadores de noctámbulos’", escribe Munilla
El obispo advierte además que sería una ingenuidad suponer que estas programaciones nocturnas son un "mero juego inocuo, inocente e inofensivo" y alerta de que "estamos ante un fenómeno muy distinto del juego del parchís o de las cartas".
Falsas respuestas a grandes necesidades
Monseñor Munilla se pregunta si no "no será que el tarot, el erotismo y el consumismo son expresiones de las grandes necesidades del hombre, a las que seguimos sin dar una respuesta adecuada" y responde que "de forma inversamente proporcional a nuestra fe y esperanza en Dios, los adivinos nos ofrecen su mercado esotérico con la promesa de aliviar la angustia por nuestro futuro y mitigar el dolor por las heridas del pasado. La pornografía ofrece un tubo de escape para compensar la frustración en el amor, al mismo tiempo que nos hace incapaces para el amor respetuoso y fiel. Y el consumismo no es otra cosa que un intento de compensar con el ‘tener’, las carencias del ‘ser’. , Por lo tanto, concluye, "la oferta televisiva nocturna bien parece responder a las tres heridas morales principales de nuestra generación: la desconfianza, la desfiguración del amor y el narcisismo".
La noche y la Nueva Evangelización
Sin embargo, matiza Munilla, "la noche" no sólo es el momento para este tipo de actividades sino que también puede ser la "ocasión" para "desinhibirnos y desprendernos de una buena parte de nuestras caretas y corazas, hasta el punto de generarse una mayor facilidad para manifestar y compartir los valores y contravalores que anidan en nuestro corazón. Es decir, también en un sentido positivo, ¡la noche es una gran oportunidad para la comunicación de la experiencia cristiana en un contexto de Nueva Evangelización!".