Ayuso entiende que es antisemitismo afirmar que Jesucristo
ue condenado por el Sanedrín y asesinado por los judíos
Carlos Pérez- Roldán y Suanzes
17 OCT 2022
El pasado 13 de Mayo la Comunidad de Madrid presentó ante el Congreso de los Diputados una Proposición de Ley para la modificación de la Ley 38/2003, de 27 de noviembre, General de Subvenciones; de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público; y de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación, para luchar contra el antisemitismo.
Con esta iniciativa la Comunidad de Madrid pretendía sumarse al movimiento internacional contra el antisemitismo, y en este sentido nada tenemos que objetar, por cuanto cualquier persona decente se tiene que oponer a cualquier discriminación injusta, lo que sin embargo si tenemos la obligación de denunciar es el populismo del gobierno de la señora Ayuso, pues que sepamos hoy en España no existe un problema de antisemitismo, aunque si existe un problema de anticristianismo, o movimiento cristófobo que es ocultado por los medios de comunicación, y por los gobiernos centrales, autonómicos y locales.
Dice la Proposición de Ley presentada por Ayuso que el antisemitismo «se expresa a través del lenguaje, de publicaciones, de forma visual y de las acciones, y utiliza estereotipos siniestros y rasgos negativos del carácter », pues bien, esas conductas, esas acciones y esas expresiones las estamos viendo todos los días contra los católicos, y la señora Ayuso permanece callada.
Todas las semanas aparecen iglesias y templos católicos con pintadas cristófobas, se retiran por parte de los ayuntamientos cruces de nuestras calles y plazas, se cambian nombres de calles, se roban de los templos las Sagradas Formas Consagradas, de vandalizan las iglesias, se oculta la persecución martirial de la que fueron objeto los católicos, no solo durante la guerra de 1936, sino también durante la guerra civil de 1833 a 1841 en la que recordemos se quemaron templos, se expulsaron de España órdenes religiosas, y se persiguió y ejecutó a curas, frailes y monjas. Todavía hoy se obliga a los padres a llevar a sus hijos a unos colegios donde se aculturiza a los menores enseñando materias no sólo contrarias a la doctrina católica, sino contrarias a la propia naturaleza del ser humano. Todavía hoy en muchas manifestaciones de los que dicen ser de izquierdas escuchamos canticos que llaman al odio de los católicos, como esa versión del himno de riego que dice
Si los curas y frailes supieran,
la de hostias que van llevar,
subirían al coro cantando:
“¡Libertad, libertad, libertad!”
Pero el colmo del absurdo llega cuanto la Proposición de Ley describe entre las conductas antisemitas «las calumnias como el asesinato de Jesús por los judíos», es decir, que afirmar que Nuestro Señor Jesucristo fue condenado a muerte por el Sanedrín, corte suprema del pueblo judío, es un acto antisemita. Recordar que el Inocente fue condenado a pena de muerte en la cruz, porque supuestamente «blasfemaba», para la señora Ayuso es un delito, pero negar que el gobierno republicano desde 1931 a 1939 persiguió, y asesinó a miles de católicos, no es cristofobia, únicamente es memoria histórica.
El gobierno de Isabel Ayuso entre los equilibrismo imposible al que nos tiene acostumbrados pretende introducir en las Ley General de Subvenciones, en la de Contratos del Sector Público, y en la Ley reguladora de asociaciones, una mención especial contra el antisemitismo, pues según el gobierno del Partido Popular las menciones genéricas a la no discriminación no son suficientes, y resulta necesaria una mención expresas en la referidas normas al antisemitismo.
Nos parece muy loable que recuerde el holocausto, igualmente nos parecería loable que recordara los crímenes cometidos por el liberalismo contra la religión católica durante todo el siglo XIX, al igual que loable sería su condena a la persecución religiosa sufrida en España desde 1931 a 1939 y protagonizada por los llamados Republicanos; pero señora Ayuso, no es necesario enredar con el pasado, sería suficiente con escuchar de su boca la condena del mayor crimen que sufrimos en la actualidad, el crimen del aborto, que todos los años causa más de 100.000 víctimas inocentes en nuestra España, y millones de víctimas inocentes en todo el mundo. El aborto es el mayor de los holocaustos cometidos en la historia, y que sepamos usted no ha impulsado ninguna norma para condenarlo.
Como última reflexión es suficiente decir que quizá tengo razón al decir que el Sanedrían no es el responsable del asesinato de Nuestro Señor Jesucristo, pues efectivamente todos los días nosotros somos responsables de su muerte, pues nos empeñamos en seguir clavando a Jesus en el santo madero con la aprobación de leyes injustas como la ley del aborto, o las leyes que difunden la falsa ideología de género entre nuestros niños. Recordemos que para nuestro Salvador el delito más nefando era que se cometía, y se sigue cometiendo, contra la infancia, pues sin dudas las palabras más duras de todo el Evangelio son las que pronunció Nuestro Señor Jesucristo al afirmar: “Al que escandalice a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo tiraran al mar” (Mt, 18,6 ss)
Puede leer la Proposición de Ley publicada en el Boletín Oficial de las Cortes Generales pulsando aquí.
Carlos Pérez- Roldán y Suanzes- Carpegna