Píldoras Anti-Masonería

El blog CLAVIJO defiende los valores

de la Iglesia Católica y de España

amenazados por el proyecto masónico-luciferino

"Nuevo Orden Mundial"


e-mail: ClavijoEspana@gmail.com



jueves, 3 de diciembre de 2020

Primeros asesinatos ETA (1960-1968). SABINO ARANA y PNV-ETA. Atentado Avión Monte Oiz de Vizcaya (1985)

Santiago Clavijo
30 MAR 2011

A finales de los años 50, ETA fue revivida por el sector más joven y radical del PNV, azuzado por los grupos escindidos, en especial por ANV (acaudillada por Elías Gallastegui y Telesforo Monzón), un amplio sector del clero vasco montaraz y algún pseudo-teólogo de la liberación.

La banda terrorista se ha definido siempre como un grupo revolucionario euskaldun cuyo objetivo sigue siendo la independencia de vascos y navarros en un estado socialista. ETA ha contado frecuentemente con el apoyo de la masonería francesa y ciertos plutócratas del “Nuevo Orden Mundial”. ETA nunca ha perdido los fundamentos del proyecto racista, xenófobo, y excluyente del PNV; es su ejército en la sombra, mantiene permanentes vasos comunicantes con la sociedad nacionalista de izquierda y derecha.

El PNV se declara formalmente en desacuerdo con los métodos violentos, pero acorde totalmente con los fines independentistas, tal como Arzalluz manifestó a Calvo-Sotelo en la Moncloa y Garaicoechea a Aznar después del pacto del PNV con ETA en Estella-Lizarza.

El terrorismo nacionalista de ETA puede explicarse como un proceso de transferencia de sacralidad entre el catolicismo popular y la religión de la patria vasca (una auténtica idolatría).

En los cincuenta, el debilísimo nacionalismo resurgente se agarraba a lo que podía: la Virgen de Begoña, el Athletic Club, las cuadrillas de chiquiteros del casco viejo de Bilbao, los coros de Santa Águeda, etc.

Los grupos de baile vasco y el teatro eran acogidos en los salones de parroquias y colegios religiosos. El PNV descubrió la cantera y se infiltró en ellos; el alma de la operación fue Iker, primogénito de Elías Gallastegui, guardián de la ortodoxia aranista desde principios de siglo. En la Escuela de Ingenieros de Bilbao, coincidieron varios jóvenes de familias nacionalistas, uno llegó a ser director del proyecto de la Central Nuclear de Lemóniz. Otro fue encarcelado (1959) por el atentado frustrado contra el tren de excombatientes que iban de San Sebastián a Madrid para celebrar el 20º aniversario de la Victoria: su hijo Mikel “Antza” Albizu llegó a ocupar la jefatura de ETA. El tercer ingeniero fue José Luis Álvarez Esperanza, el principal ideólogo de la banda, cuyo lema era: no hay nación vasca sin euskera.

El nido de la serpiente terrorista ocasionó un primer muerto por acción directa: el guardia civil de tráfico José Antonio Pardines fue asesinado a tiros (1968), cerca de Tolosa, por Javier Echevarrieta, jovencísimo exalumno de los Escolapios.

En el verano de 1960, ETA se había cobrado la primera víctima mortal (una niña) con una bomba colocada en la consigna de la estación de Amara de San Sebastián. La lista de víctimas a la fecha supera los mil muertos, incluyendo los atentados del Hotel Corona de Aragón y del avión Madrid-Bilbao. Todos los asesinos y sus cómplices deberán saldar íntegramente sus cuentas con la Justicia.

FUENTE: Ricardo de la Cierva y Jon Juaristi. 

Santiago Clavijo
6 JUL 2016


SUMARIO
1. Orígenes ideológicos de la banda terrorista ETA
2. ETA: Génesis masónica (1945)
3. El caso de los comandos vascos en Francia
4. ETA: Primeros asesinatos (1960-1968)
5. Sabino Arana: Padre del Racismo vasco secesionista
6. NACIONALISMOS Vasco y Catalán
7. ETA: Macro-atentados del Corona de Aragón y Monte OÍz
8. PNV: República y Frente Popular (1931-1937)
9. El crucero Canarias apresó al Mar Cantábrico (1937)
10. ETA: 1.150 asesinatos
11. Todos los crímenes de ETA son de lesa humanidad

Siniestro en el Monte Oiz de Vizcaya
Por Dosydos
FUENTE CENSURADA
Para Garzón

Sucedió con el gobierno de Felipe González (PSOE), con gran parte de los socialistas de primera línea de hoy, por entonces, en el Congreso o en el Gobierno.

Según los datos oficiales y el Informe técnico de la Comisión de Investigación (ver imágenes abajo), el 19 de Febrero de 1985, la aeronave “Alhambra de Granada” de Iberia, un Boeing 727-256, matrícula EC-DDU, con salida de Barajas y destino Sondica, se estrellaba en el Monte Oiz (Vizcaya) al chocar con una antena de televisión cuando iniciaba el descenso para aterrizar, y ocasionaba 148 víctimas mortales, de ellas 147perdieron la vida en el siniestro y una corresponde a un cadáver que viajaba en el avión y fue víctima después de muerto; es decir, entre las víctimas estaban 7 tripulantes, 140 pasajeros vivos y 1 muerto (elúnico que quedó entero).

A estos datos oficiales hay que objetar, a efectos de que lo investigue Garzón, que de uno de los supuestos cadáveres, López Bravo, no se encontró ni el más mínimo indicio de restos, ni humanos ni de enseres, nadie lo vio en el avión y solo hay constancia de que llegó el primero –según unas fuentes de la época- o de que llegó el último –según otras- por lo que no fue visto dentro del vuelo, cosa que parece no justificar que no se encontrara ni un resquicio de sus pertenencias, no ya de su cadáver, que tampoco. 

No entraré en analizar los entresijos del siniestro, ni en que el gobierno, entonces del PSOE y con muchos de sus entonces gobernantes ahora en el Congreso o sus aledaños (como el Banco de España), ocultara las verdaderas causas del siniestro y no se llegara a conocer los autores de aquella masacre siniestra (como siempre); me centraré tan solo en un breve recuerdo.

Hubo quienes afirmaban que ETAm (ETA militar) había amenazado al vuelo anterior y al siniestrado; testigos presenciales afirmaron ver la explosión en vuelo y que el avión iba en descenso rápido desde mucho antes de llegar a la antena con la que chocó (se dio el dato de vuelo con 300 metros por debajo de lo exigido), pero el gobierno del PSOE, el PNV y el juez de entonces –aupados previamente por los buitres de la comunicación- decidieron que no se investigara a ETA, que la culpa era de los pilotos, desprestigiándolos para justificar que no era un atentado, aunque más tarde tuvieron que pagar por ello esos mismos medios. El daño ya estaba hecho.

Los muertos del Monte Oiz

En el monte Oiz, en el siniestro del Boeing 727, “Alhambra de Granada”, viajaban muchas personalidades del mundo de la política, la economía y la ciencia. Se dirigían a su trabajo (unos), a una importante reunión (otros) y a sus asuntos particulares (los menos): 7 tripulantes, 140 pasajeros vivos y 1 muerto. Hubo, por lo tanto, según la versión oficial, 148 muertos, ya que todos los que iban vivos murieron y el muerto siguió muerto.

El comandante del avión era José Luis Patiño (gran patriota para unos, un mal hombre para otros, entre
éstos, los defensores de accidente y no atentado) y el segundo comandante era Emilio López Peña. Se dijo, como suele suceder, que el avión lo llevaba el copiloto y que no leyeron bien la altura, que se rebelaron contra la torre de control y no aceptaron la forma de aterrizaje propuesta, etc.; pretextos siniestros... Murió toda la tripulación.

El Desaparecido en el siniestro del Monte Oiz: LÓPEZ BRAVO

No se encontró ni un solo resto humano ni de enseres del supuesto viajero Gregorio López Bravo. Unos
dicen que llegó el primero, otros que llegó el último; los pasajeros no pueden decir si lo vieron, y los demás, la verdad, que se no encontraron sus restos.

En 1976, López Bravo formó parte de la terna del Consejo del Reino para elegir presidente del Gobierno; había sido ministro de Industria y ministro de Asuntos Exteriores en la época de Franco, era miembro del Opus Dei, y fue uno de los que con López Rodó y con López de Letona formaron el equipo de asesores económicos de Carrero Blanco.

En el momento de su desaparición con motivo del siniestro era administrador del Banco Español de Crédito (Banesto, el del timo a Conde y que luego es de la “niña” de Botín, el del Santander), presidente de  SNIACE (Sociedad Nacional de Industrias y Aplicaciones de Celulosa Española), consejero de Motor Ibérica, consejero de Pedro Domecq, consejero de la Compañía Ibérica Refinadora de Petróleos y
presidente del Instituto de Educación e Investigación.

Sobre su muerte en el “accidente” del monte Oiz, la versión oficial no dejó lugar a dudas. Pero lo mismo que sucede con cómo cuentan la historia de la guerra civil, por lo que ahora hay que recuperar la memoria de “otra manera”, podría ser que no fuera del todo cierto, y que López Bravo muriera como consecuencia del siniestro del Oiz, o viceversa, o ninguna de las dos cosas. Indicios hay para ello. Que lo investigue Garzón.

Lo cierto es que un amigo de López Bravo declaró que éste estaba barajando irse de la lengua y contar grandes secretos del gobierno de Felipe González (PSOE), viendo el cariz que estaban tomando los acontecimientos.

De esta manera, las hipótesis de entonces varían entre si lo habían asesinado previamente y para camuflar su muerte se originó el siniestro, hasta las que aseguraban que alguien lo vio saltar con paracaídas antes del siniestro, pasando por el secuestro previo al siniestro, o que para matarle se produjo el siniestro. ¡Barbaridades, como siempre! (¿o no?). El caso es que debería de ser un reto para el Buscador de Cadáveres, el Super-juez, el recuperar e identificar los restos del desaparecido ex ministro, si los hubiere, y, si no, que lo den por desaparecido, pero no por muerto. Lo que sí procede es juzgar a los culpables de esta gran mentira y ocultación, que no están muertos.

Los salvados por “la campana”… del teléfono

Como en todos los siniestros dudosos, alguien se salva a última hora; en este caso los milagrosamente
salvados fueron, al menos, un dirigente del PSOE y otro del PNV.

Marcos Vizcaya, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, y Francisco Fernández Ordóñez
del PSOE, presidente del Banco Exterior de España (hermano del actual presidente del Banco de España), tenían billete para el siniestrado avión Boeing 727, “Alhambra de Granada”, pero contaron entonces que una llamada desde Barcelona les hizo cambiar el billete de las 8:30 para un vuelo a las 12:30. 

Algunos medios dijeron que esa llamada la hizo 
un antiguo gobernador de Guipúzcoa 
que tenía contactos con ETA

Otros cuentan que lo cambiaron porque tenían sueño. Afortunadamente, Marcos Vizcaya y Francisco Fernández Ordóñez se salvaron del “accidente” del monte Oiz por la campana (¿del reloj o del teléfono?).

Unos datos para recuperar la memoria histórica

Francisco Fernández Ordóñez ha sido Fiscal, Inspector de Hacienda, Presidente de la delegación española nte la OCDE, Secretario General Técnico del Ministerio de Hacienda, Presidente del INI, miembro de la Comisión de los Nueve que representó a la oposición democrática española, fundador del Partido Social Demócrata, Ministro de Hacienda, presidente del Banco Exterior de España, Ministro de Justicia desde la etapa de Franco, pasando por Suárez hasta la de Calvo Sotelo; fue entonces cuando impulsó las nuevas leyes y la reforma de los derechos de la familia, incluyendo el divorcio) y Ministro de Asuntos Exteriores. Abandonó la UCD, el partido que lo había llevado como Ministro –pero sin abandonar su escaño-, cuando percibió que la Unión de Centro Democrático (UCD) estaba a punto de hundirse, fundó el Partido de Acción Democrática (PAD), y después integró este partido en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Cuando el PSOE ganó las elecciones de 1982, Francisco Fernández Ordóñez continuó con el cargo que ocupaba como presidente del Banco Exterior de España hasta junio de 1985, cargo que ocupaba cuando sucedió el siniestro del monte Oiz, del que, afortunadamente, se había salvado (el 19 de Febrero de 1985). Fernández Ordóñez fue también, entre otras cosas, el jefe de la cancillería española que negoció la presencia de las bases norteamericanas en España, las relaciones diplomáticas con Israel y la entrada en la UEO y la integración de España en la Unión Europea actual.

A Garzón, esta memoria no le interesa “recuperarla”.