Longinos, el soldado que atravesó a JESÚS con su lanza
Santiago Clavijo
Viernes, 11 junio 2021
Fuente, En cuerpo y alma
SANGRE para la EUARISTIA y AGUA para el BAUTISMO
Fundamentos de la Iglesia Católica
“Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado -porque aquel sábado era muy solemne- rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” (Jn. 19, 31-34).
San JUAN fue testigo, al pie de la CRUZ con la VIRGEN y las santas mujeres, de la LANZADA que hizo brotar SANGRE y AGUA del CORAZÓN de CRISTO.
El único evangelista que la recoge es el que escribe en último lugar, a saber, Juan, sin cuyo evangelio nos habríamos quedado sin saber que Jesús fue lanceado cuando ya ni siquiera vivía.
Pues bien, ese soldado que lanceó a Jesús cuando ya exhalaba el espíritu y que podría asimilarse al centurión que en los evangelios sinópticos expresa eso de “verdaderamente este hombre era hijo de Dios” (Mc. 15, 39, similar a Mt. 27, 54 y a Lc. 23, 47), viene a tener nombre en la tradición cristiana, nombre que no es otro que el de Longinos, que al fin y al cabo, no significa otra cosa que “lanza” en griego. Una tradición tan sólida que hasta es considerado Santo.
Pues bien, ese soldado que lanceó a Jesús cuando ya exhalaba el espíritu y que podría asimilarse al centurión que en los evangelios sinópticos expresa eso de “verdaderamente este hombre era hijo de Dios” (Mc. 15, 39, similar a Mt. 27, 54 y a Lc. 23, 47), viene a tener nombre en la tradición cristiana, nombre que no es otro que el de Longinos, que al fin y al cabo, no significa otra cosa que “lanza” en griego. Una tradición tan sólida que hasta es considerado Santo.