La modernidad agoniza
Hay síntomas claros de fin de ciclo…
nada que ver con el fin del mundo
20/06/21
Recuerden: “levantad la cabeza,
se acerca vuestra liberación”
Se lo explico en términos ‘místicos’… o así, que dijo un vasco. Estamos viviendo algo parecido a la década de los años setenta del pasado siglo XX. Es como cuando la religión dejó de ser el opio del pueblo y el opio se convirtió en la religión del pueblo.
En el siglo XXI, la profanación eucarística se está convirtiendo en la nueva religión del pueblo, y no precisamente del pueblo drogadicto.
La verdad es que no hay profanación más grave que la indiferencia ante el milagro eucarístico pero en cualquier caso, hablo de profanación externa y blasfemia interna, con algunos dirigentes eclesiales que parecen empeñados en desacralizar la Eucaristía. Y todo eso no deja de ser una muestra más de final de ciclo.
Sólo hay un miedo, el miedo a la muerte
y el Covid ha demostrado que ese pánico
se puede extender por todo el mundo
en cuestión de semanas
Más síntomas de fin de etapa. Se lo explico en términos filosóficos: tal parece que el hombre lo ha pensado ya todo. La verdad es que en todas las sociedades el hombre lo ha pensado todo siempre. Y este es un punto alfa: lo que nos cuesta entender es que, con cada hombre, con cada día, empieza la historia. Cuando todo está ya pensado, o eso se cree, la existencia se vuelve aburrida.
Vamos con el final de ciclo en términos políticos: el Covid ha demostrado que el Nuevo Orden Mundial (NOM) puede controlar a las masas mediante el miedo. El gobierno mundial, tiránico, ya está en marcha. Si asustas a la gente, si el hombre opera bajo el pánico a morir… está en tus manos.
Lo que nos cuesta entender es que, con cada hombre,
con cada día, empieza la historia.
Cuando todo está ya pensado, o eso creemos,
es cuando la existencia se vuelve aburrida
Se lo explico en términos económicos: la devaluación de la economía mundial, de rentas y salarios, debido a la inflación del dinero y a que el señor Richard Nixon se cargó, hace ahora medio siglo, el patrón oro. Desde entonces, los empresarios más poderosos del mundo, y más venenosos, son los gobernadores de los bancos centrales y los directores del Tesoro público.
Les explico el final de etapa en términos estéticos: el feísmo, la exaltación de lo feo, porque sobre gustos hay mucho escrito, lo que pasa es que nadie lo lee. Nunca como en el siglo XXI el feísmo había progresado tanto, hasta convertirse en el canon estético y académico… que tiene bemoles la copla.
La economía financista,
o fabricación enloquecida de dinero
tras desaparecer el patrón-oro,
ha devaluado toda la economía mundial.
Por eso es la economía va siempre mal
Se lo explico en términos sobrenaturales. El siglo XX fue la era del relativismo: nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira. El XXI, a medida que degeneraba la modernidad, se ha convertido en la blasfemia contra el Espíritu Santo: a Cristo le confunden con el demonio cuando expulsaba demonios. Esto es: muchos, demasiados, llaman bueno a lo malo y malo a lo bueno. Por ejemplo, el aborto, miserable y cobarde asesinato del más inocente y el más indefenso de los seres humanos, no sólo no debe ser legalizado es que, además, es un derecho humano: esto es la blasfemia contra el Espíritu Santo… el pecado que no se perdonará ni en este mundo ni en el venidero porque supone la suprema inversión de los tres grandes valores: bien, verdad y belleza. La verdad se convierte en mentira y la mentira en verdad, lo bueno en lo malo y lo malo en lo bueno, admiramos lo feo y la hermosura pasa a ser algo despreciable.
Pero, ojo, en 2021 no estamos viviendo el Apocalipsis sino la liberación. Es una etapa que termina en plena decadencia, hacia otra en la que el mundo volverá a ser joven. Lo único preocupante son los estertores de la modernidad agonizante.
En estética, el viejo mundo agoniza con el feísmo,
convertido en canon y Academia
Esto no es el fin del mundo, es el fin de una etapa, no el principio del fin sino el fin del principio. Y ya lo saben: cuando veáis todo esto, “levantad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.