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jueves, 10 de junio de 2021

Madres VASCONAS y Cristianas de los OMEYAS musulmanes de Córdoba

Madres Cristianas de los Omeyas de Córdoba
10 junio 2021

Se diría que había de ser una historiador del tiempo de los Omeyas quien nos diera un título así de resonante. Pues, no. Es sólo un novelista. Pero todo un novelista, como es Jesús Sánchez Adalid, autor de un celebrado título, El mozárabe (2001), que tenía como fuente de insspiración la Córdoba califal. No contento con tamaño éxito, Adalid acaba de escribir otra novela, Los baños del Pozo Azul, con Subh Um Walad, la madre del tercer califa, Hisham II, como protagonista.

En algún rato libre, y bien informado de la historia de los Omeyas, el novelista-párroco de San José en Mérida, ha escrito en VN una artículo, con el titulo que encabeza estas líneas, que nos trae esta que puede parecer novedad, aunque todos los que no hemos asomado a la historia de España lo sabíamos, pero sin darle la importancia merecida. 

Y que cinco generaciones de emires y califas de Córdoba nacieran de madres vasconas cristianas se las trae. La primera fue aquella Onneca Fortúnez, capturada junto a su padre Fortún, el año 860, en una incursión del emir Muhammad ibn Abd al-Rahman contra el caudillo cristiano García. Durante casi veinte años estuvieron como rehenes en la capital del emirato. Fortún volvió a Pamplona para ser proclamado rey o caudillo a la muerte de su padre, pero Onneca recibió el nombre de Durr (Perla), cuando fue tomada por esposa por el emir Abdalá I, hijo de Mohamed y de otra vascona llamada Ushar.

Del matrimonio de Onneca y Abdalá nacieron un hijo y dos hijas. El primogénito llegó a ser el emir Mohamed II, que tomo también otra esposa vascona, Muzna o Muzayna (Lluvia), de la que nació el célebre Abderramán III, primer califa del Al Andalus. Hijo, pues, y nieto de vasconas, no es muy de extrañar que el califa contase para su lecho califal con otra mujer de la misma etnia y de la misma fe, Maryam. 

El primogénito y sucesor de Abderramán siguió la tradición y tuvo en su harén una esposa nacida en el reino de Pamplonaa, bautizada como Aurora y llamada en árabe, como arriba ha quedado dicho, Subh Um Walad, madre del tercer califa, Hisham II, que es la figura principal de la novela reciente de Sánchez Adalid,

Capturadas en las razzias, casi anuales, de los emires, califas y generales, o entregadas en garantía por algún tratado de alianza, el novelista extremeño recalca la influencia que estas mujeres debieron de tener en la corte de Córdoba, uno de los centros de poder más ilustres de aquel tiempo, y se pregunta con razón si no se debió a ellas, al menos parcialmente, el mayor tiempo de tolerancia para con los cristianos que fue el reinado de los Omeyas dentro de los siglos de dominio musulmán en Al Andalus, anteriores y posteriores.