Farsa covid, ¿cinco armas criminales
contra la población para provocar enfermedades
cardiovasculares, no respiratorias?
Por Luys Coleto
1 JUNIO 2021
En tantísimas ocasiones expuesto desde hace más de un año y medio, desde el inicio del presente fraude plandémico. Jamás fue un virus el que originó nuestra actual farsa plandémica. Síntesis recordatoria: cinco armas contra la población mundial.
- Todo da comienzo con el lanzamiento del arma biológica covid-19 y sus plurales variantes de bioingeniería.
- Lanzamiento de armas biológicas y químicas mediante la pulverización sistemática de aerosoles chemtrails (con sus tóxicos aerosoles), pieza clave de la geoingeniería.
- Masivo despliegue militar de armas energéticas 5G (y 4G).
- Administración, también, masiva, de los programas anuales de vacunación (con sus deletéreos componentes) contra la gripe estacional utilizados como armas biológicas híbridas.
- Inyección de vacunas covid de bioingeniería como armas biológicas, nuestro hoy, nuestra arma homicida.
¿Y entonces? Pues lo previsible. Los fallecidos covid lo hicieron por las primeras cuatro armas combinadas. Los próximos por la quinta, vacunación masiva. Y sus muertes fueron y serán por deterioros cardiovasculares, no respiratorios. Tan evidente. Ninguna autopsia encontró virus alguno que no existe. Eso sí, un ejemplo de tantos: extrañísimos trombos por doquier.
Resumiendo, según reciente estudio: covid-19 es una enfermedad cardiovascular producida por una proteína, la proteína espiga exactamente. Ningún virus, pues. Ni SARS-CoV-2 ni nada. Dicha proteína, además, la producen las vacunas covid, curioso (ironic mode), súper-propagadoras de dicha proteína porque, precisamente, los matarratas transgénicos están utilizando un agente “hueco” al que se le embute la espícula completa. Y poco importa que no estés vacunado: los vacunados son ahora las nuevas armas biológicas. Semovientes, claro.
Y nota aclaratoria contra la teoría microbiana de la enfermedad: a aquellos cuatro gatos que negamos de raíz la teoría microbiana de la enfermedad, cuyo factotum fue el delincuente intelectual Louis Pasteur, impugnando el vínculo entre virus y bacterias y enfermedades (por supuesto, causadas por una tenebrosa y múltiple etiología), nos resulta imposible asumir que una proteína (parte de los virus) origine dolencia cardiovascular alguna. Pero el estudio se lo enlazo. Cardiólogos covidiotas podrían estar interesados. Vete a saber.